Tres preguntas a Hernán Zin


Un reflejo de HZ | (Buenos Aires, 1971) Es lo que se denomina corresponsal de guerra. Desde hace quince años se dedica a viajar por el mundo (trabajó por lo menos en cuarenta países) para conocer y dar testimonios de las personas que viven en los lugares más conflictivos del planeta. Publicó cuatro libros y realizó dos documentales. Viaje a la guerra, su blog en el portal español 20 minutos, es constantemente visitado.
• Te encontrás en Buenos Aires en estos días, la ciudad en la que naciste y que dejó de ser tu lugar de residencia hace unos años. ¿Cómo ves a la sociedad actual, en el sentido de si te parece que en ella se identifica una cierta sensación de guerra como tantos otros lugares que conociste?
Resulta tan triste como curioso… hace 15 años salí al mundo para contar historias de postergación, de violencia, y cada año que pasa la Argentina me la impresión de transformarse más y más en ése escenario. Una Argentina escindida en ricos y pobres, en que se ha roto el contrato social, en la que el sálvese quien pueda prevalece. Cada día la sociedad se encuentra más enfrentada, escindida. Creo que todo comienza con un Estado corrupto, ineficiente, frívolo, que no vela por los ciudadanos, y luego las relaciones se van corrompiendo en toda la escala social.
• Leí que muchos tildaban a la canadiense Amanda Lindhout de inexperta al exponerse tan bruscamente en Somalia. ¿Qué opinás sobre que un periodista debería prepararse especialmente para ese tipo de trabajo de corresponsal?
Esas afirmaciones me decepcionaron. Amanda tenía un importante currículum para su edad, y no conozco cuán seriamente preparó el viaje a Somalia. Resulta fácil juzgar a posteriori, a toro pasado, como se dice en España. Si creés en lo que hacés, si te apasiona, entonces convives con esa posibilidad siempre latente de que todo se vaya al carajo, lo que no deja de implicar que prepares el viaje a conciencia, que intentes minimizar las posibles contingencias. Pero más allá de esto, de toda la profesionalidad que le podés imprimir a tu trabajo, en las zonas en conflicto es tal el caos que hay factores que se te escapan y que nunca podrás controlar.
• El que lee tu libro Llueve sobre Gaza puede meterse en las entrañas de lo que es un conflicto tan complicado como el palestino e israelí. Uno puede sentirse un prisionero más en Gaza. ¿Cómo ves esa situación a casi tres años de haberla conocido tan personalmente?
Creo que Gaza es una de las grandes vergüenzas de la humanidad. Con su bloqueo Israel provoca hambre y enfermedades a los habitantes de Gaza. Los está matando lentamente. Y el mundo mira para otra parte. Recordemos que los habitantes de Gaza son esos mismos a los que se echó de su casa hace 60 años para crear Israel. La ecuación es abominable: lo echás, lo encerrás y lo matás lentamente. Encima, cuando se quieren rebelar, los llamás terroristas. Esta película ya la hemos visto, pero Gaza se llamaba Gueto de Varsovia. En mi libro traté de alertar sobre esta situación que no hizo más que ir a peor. Al igual que en el Sáhara y en todo lo relacionado con el comercio y la fabricación de armas, la actuación del gobierno de Zapatero fue nefasta. Moratinos debería irse ya a su casa. Ni la derecha más rancia podría haberlo hecho peor.

La convivencia

Reflejo de una introspección

Conviví con cucarachas cual monje budista durante un año y medio, más o menos. No las tocaba. Veía cómo recorrían las paredes de la cocina, cerca de mi cepillo de dientes en el baño, dándose un festín debajo del aparador. Les gusta la oscuridad de mi departamento al parecer. A veces hasta les decía que me dejaran en paz. Ellas no se iban. Y se multiplicaban cada vez más, en cantidad y en tamaño. Sólo me irritaba, no sé bien por qué, al verlas pasar sobre alguno de los libros. Me enfurecía como si fueran a ensuciar el conocimiento que traen dentro. Entonces las hacía volar de alguna forma al patio. Hasta que un día comencé a matarlas. No ocurrió nada especial que recuerde. Sólo me saqué el calzado y aplasté una contra la pared, sin siquiera pensarlo antes, y los demás ya resultaron automáticos. Les tiraba agua para ahogarlas hasta que se perdían por las tuberías de la pileta de la cocina. Compré fluidos que parecen efectivos en exterminar y trampas sigilosas, con las que se recurre al hambre para engañar. Disminuyó la cantidad. Las que sobreviven quizás aprendieron a evitar los ataques y se organizan en grupos de resistencia. Eso sí, nunca dejé el cuerpo de una víctima a la vista. Ahora no sé qué me agarró que quiero volver a lo de antes, cuando convivíamos en paz. Lo intentaré.

Las fiestas


No soy el único en pensarlo. Sé que les pasa a muchos pero algunos temen que se los acuse de amargados. Ver las cosas de otro modo es un pecado socialmente inadmisible. La sola figura de Papá Noel decorando una vidriera me arruina el día. Los cables con lamparitas, las promos berretas del Coto, las agendas 2010, la inundación de insufribles pps, el empalagoso combustible espiritual. Las fiestas desatan demonios oscuros en calles, familias y almas. Al destaparse las botellas saltan las miserias mejor escondidas. Que se cumplan todos los deseos, dice el coro mirando hacia otro lado. Feliz Navidad y próspero Año Nuevo, repiten los reyes del sarcasmo. Nadie se anima a nombrar lo que nos falta. Nadie admite que la pregunta sigue sin respuesta. Que la fiesta está en otra parte. Que la alegría no depende de actos protocolares, burbujas de Chandon o fuegos de artificio. La vida no tiene solución. Y de esta verdad irrenunciable no nos salva ni el apocalipsis del calendario maya.
L.
(El texto y la foto fueron sacados de Suspendelviaje, el blog de Luis Gruss y Andrea Rocha).

Abel Posse | Un reflejo


Quiere que se aplique la ley de amnistía para los militares de la última dictadura. Duda de los desaparecidos. Demostró su desprecio por el rock, al que indicó como uno de los males que confunde a los jóvenes (la cita del maestro Kapuściński dice lo contrario). Está seguro de que reprimir es mejor que conciliar. Abel Posse, nuevo ministro de educación porteño desde hace una semana, hizo todas esas declaraciones y las ratificó. Algunos lo defienden con la común excusa de que él dice lo que la mayoría piensa. No es sustentable. Si fuera así, cosa difícil de comprobar, tampoco sería una justificación. La mayoría puede estar equivocada en algo (ya se vio en unas cuántas vocaciones). Él en cambio pertenece a los que se suele denominar intelectuales. Se supone que eso le debería dar más conocimiento sobre la vida. Anibal Fernández, jefe de gabinete nacional, lo desafió a debatir. Con esos puntos que sostiene, tan sencillos para ser refutados, yo también podría hacerlo. En Facebook se armó un grupo para que se aleje del cargo público; hasta ahora posee 24 mil miembros. Se cree que cierto sector con características fascistas ya no volverá, que el país aprendió algo. Sin embargo de repente se recibe un reflejo de que todavía existe por algún lado. Y espera su nueva oportunidad.

Dar sin recibir

Reflejo de una introspección

Alguien anónimo, que seguramente me conoce, dejó un comentario en el blog de que soy una buena persona pero un colgado. La definición más acertada que encontré de esa palabra, para lo que la usamos, es que una persona está bajo los efectos de una droga, distraido. Siempre fui un introvertido que manejó bastante bien el tema (aceptablemente en lo social, se podría decir). No fue sencillo. Ahora me encerré devuelta en mí mismo. ¿Y qué hago? Escribo como un delirante. En la compu, hasta que se me cansa la vista. En el cuaderno, hasta que la mano derecha comienza a temblar. Es lo que hago, como soy. Si alguien quiere interrumpirme en el mientras, lo único que debe hacer, es llamarme. No me gusta hablar por MSN; simplemente creo que sirve para ciertos avisos, como los mensajes de texto del celular. Pero en esos ámbitos todo es ambiguo y finalmente lo que único que se logra es perder tiempo. El cariño que le confería a cada cual no disminuyó, sigue con la intensidad que me surgía. Si necesito saber cómo anda alguien lo llamo. O le mando un mail. O lo busco. El yo te doy algo para que vos respondas de igual o de mejor manera es un problema actual. Me parece que las palabras de la escritora brasileña Clarice Lispector, escritas en el diario Jornal do Brasil en 1967, explican el asunto: Amanecí con cólera. No, no, el mundo no me agrada. La mayoría de las personas están muertas y no lo saben, o están vivas con charlatanismo. Y el amor, en vez de darse, se exige. Y quienes nos quieren desean que seamos eso que ellos necesitan. El que me dice que no tendría que encerrarme a escribir, simplemente me niega. Sería un no yo. Está bien que hay límites. Y no lo hago sólo por mí. Escribir es una maldición desatada. Es dar. Sirve para que otros tengan con qué pensar. A veces los actos demuestran más que las palabras de todas formas (Palabras inútiles: te quiero mucho). Y tampoco soy tan buena persona, como se debe notar.

Sin solución en Copenhague | Preguntas

 
*Sáenz Peña, dos de la tarde, 53 grados
Terminó la cumbre contra el calentamiento global de Copenhague y quedaron más dudas que antes. Sus participantes salieron de allí pesimistas y pensando en otra oportunidad (¿no era la última según algunos?). Acordaron que hay que crear un fondo común dinero para ayudar a los países más necesitados, ¿pero quién pondrá la suma? ¿Habrá tiempo? (Video).

Merecer un Nobel


 *Imagen por Gabriela Casas | Spider Man con Obama
Habló de guerra cuando se le entregaba un Nobel de la Paz. Barack Obama dijo que hay otros que se merecen más esa condecoración, que sabe que la decisión fue controvertida y que igual tuvo que mandar otros treinta mil jóvenes a Afganistán. Es natural no saber recibir un elogio. Lleva trabajo adaptarse y que no se te sonroje la cara a veces es complicado. Al menos que seas Miguel de Unamuno. El escritor y filósofo español recibió una distinción del rey Alfonso XIII diciéndole: Gracias, Majestad, me lo merezco. Y cuando su alteza le dijo que todos los anteriores habían manifestado que no lo se merecían, agregó: Y tenían razón. Ya hubo anteriores Nobeles concedidos por una esperanza, por la paz en Medio Oriente. No sirvió. Espero que Obama pueda repetir lo de Unamuno en el futuro. Gracias, me lo merezco. Se verá.

Ah, estoy en Buenos Aires

Reflejo de una introspección

Mirar al cielo y decir: Ah, estoy en Buenos Aires. Los edificios altos me lo recuerdan. También el ruido, los gritos, las sirenas, la prepotencia, los acentos, los teatros, los cines. Puedo salir a caminar y sorprenderme en los momentos, a veces tan seguidos, de cansancio por esta vida llena de complicaciones. Recorrer la avenida Corrientes a la noche por ejemplo, y ver una variedad muy rica de personas. Y que si quiero, puedo comprar un libro a la una de la mañana y hasta un CD de Mendelssohn o Chopin por seis pesos. Ver una película de Bosnia en los complejos Arteplex, si quiero, y escuchar el programa La venganza será terrible en vivo hasta las dos de la mañana. A veces pierdo la noción de saber dónde me encuentro por más que pasaron cuatro años desde que vivo aquí. ¿En Chaco? No, ya me fui. Creo. ¿Habrá cambiado algo? Todo cambia y todo sigue igual. Qué frase fácil de decir y de crear. Pero es verdad.

Trabajo de mierda | Escuché



-Qué trabajo de mierda le toca a ese -dijo él. Luego entró al Alto Palermo para comprar más ropa.

Bagdad, la ciudad más fea del mundo

Tres guerras, doce años de embargo internacional y treinta y pico de años de satrapía baasista han convertido a Bagdad, que en los años cincuenta tenía fama de ser muy atractiva, en la ciudad más fea del mundo (…) Los Alí Babás desvalijaron y dejaron en la calle, sin bienes y sin techo, a media ciudad. ¿Quiénes eran estos saqueadores? Sadam Husein, para celebrar su reelección como presidente por el cien por cien de los votos, el 15 de octubre de 2002 abrió las cárceles del país y soltó a todos los delincuentes comunes (…) Un pueblo no puede vivir castrado y sumido en la abyección del terror y el servilismo, como han vivido los iraquíes las tres décadas de la dictadura del Baaz y los veinticuatro años de presidencia de Husein, sin reaccionar, al sentirse de pronto total y absolutamente libre, con esa explosión de anarquía, libertinaje y salvajismo que ha destruido Bagdad y dejado una herida sangrante en el alma de todos los bagdadíes.
(Mario Vargas Llosa, Diario de Irak, 2003).

Una cirujana en Irak


Una cirujana iraquí está indignada, enfurecida, no sabe cuánto más aguantará. Vivió muchos atentados pero no recuerda unos tan dañinos como los de esta vez. Tuvo que hacer ocho operaciones de urgencia seguidas. Ni siquiera sabe si se salvarán y las probabilidades no son alentadoras. Ella habla y de fondo se escuchan gritos permanentes. Entre los escombros de las tragedias se suele encontrar calzados sueltos. Es como si esperaran a que sus dueños regresen.

El abandono

Reflejo de una introspección
* Foto por Julián Carrara en Bolivia, donde hubo elecciones presidenciales. Algunos de sus ciudadanos viven con dos dólares al día. En la imagen, un mercado con productos variados.
Tanto en el mundo y sin embargo:
-Qué hacés, che.
-Nada, al pedo, no sé qué hacer.
Es que la vida, tan cruel, no vale la pena para esforzarse. Más fácil es la resignación, más sencillo es el abandono. La realidad es tan complicada que mejor fumarse un porro. Pero como mis vecinos del segundo: uno a las once, otro a las tres después de comer, a las cinco como merienda, a las 19 de segunda vuelta, y por supuesto, a la noche unos cuantos. Total la fiesta recién empieza y para qué complicarse.

Dejá, Domingo | Escuché

*Otra rayuela
Una niña lleva un cochecito, ¿tiene un bebé? La madre le hace notar algo: arriba, ahí. Ella se sorprende. Suelta bruscamente el transporte, que sigue su camino por la calle empinada, y se dirige hacia las zapatillas abandonadas sobre un basurero. Mientras, las bolsas con residuos que acarreaba se esparcieron por el asfalto. Ella muestra una sonrisa con el nuevo premio en las manos (no son de su talle). El hermano menor se acerca rápido, al trote. Ella se las muestra; él ríe y luego se agacha para comenzar a juntar lo que cayó. ¡Dejá, Domingo!, dice la madre desde la vereda de enfrente y él suelta inmediatamente lo que tenía en la mano. La nena sigue feliz mientras acomoda sola las cosas.

Concordia inundada

*Imagen por Gabriela Casas
Agua, que los porteros de Buenos Aires derraman en las veredas a las cuatro de la mañana. Agua, que los padres arremeten contra sus autos para hacerlos brillar. Agua, que mi inodoro pierde y deja llegar hasta la alfombra porque el plomero quiere ahorrar. Agua, que según una editorial del diario La Nación es un recurso muy renovable (ya fue demasiado). Agua entonces, que en algunas zonas de la ciudad entrerriana de Concordia avanzó hasta seis cuadras después del río y se metió tanto en casas humildes como residenciales. La inundación causó más o menos 8100 evacuados hasta ahora y se estima que no se retirará para las fiestas de fin de año. Cómo puede ser que haya crecido tanto, pregunta un vecino. El olor a repelente prevalece por el miedo a que los mosquitos surgidos acarreen el dengue. Algunos, ya refugiados, buscan en qué trabajar para ocupar el tiempo y la cabeza. Es difícil no pensar en que tu vida está rodeada de agua.

La izquierda confusa

*Imagen tomada en el barrio porteño de Caballito
Querer algo inmediatamente (¡YA!). Fiel manifestación de la urgencia del presente, de la ansiedad, del quiero todo para mí ahora y después le quedará a los que vengan. Imposible. Es sencillo fijar un objetivo como en este caso Mauricio Macri y sólo pegarle. Es que supuestamente vendría a ser la reencarnación del mal, del enemigo, el de derecha. Lo raro es que Macri apoyó la decisión progresista e igualitaria de permitir el matrimonio homosexual. En cambio el oficialismo, que dícese más de izquierda, ni quiso discutirlo en el Congreso. Hace una semana en el mismo barrio de Caballito, donde se encuentran los carteles de la foto, había uno que decía contra Macri algo así: ¿Para eso lo votaste? En la foto se veían dos hombres besándose. Inclusive tenía un error de redacción (en Reflejo ya se vio algo similar). Algunos de los abogados que presentaron los recursos para frenar el primer matrimonio homosexual de Latinoamérica tienen antecedentes con la dictadura militar y simpatía hacia el fascismo. Por lo menos, y aunque sólo sea por una semana, los grupos de izquierda que firmaron esos carteles tendrían que haberles dedicado un capítulo a ellos.

Palabras inútiles: te quiero mucho

Reflejo de una introspección
Decir te quiero mucho carece de valor. No tiene sentido. El amor, el cariño, hay que demostrarlo. Con un llamado o un golpe en la puerta en el momento justo, con un silencio, con sostener la cabeza y el cabello en el instante del vómito. Anunciarlo de por sí es sencillo; eso demuestra algo. Probá si no. Decile a las cortinas, a las toallas, a los pájaros, al césped, a los excrementos, al viento. Levantá la voz, gritalo; agregale unas lágrimas si querés. ¿Viste que es fácil? En el presente se llega a la hipocresía de escribirlo por Facebook como si su fuerza dependiera de la cantidad que avisa que le gustó (¡Qué tiernos!). Qué triste.

Libres

*Imagen por Julián Carrara en Bolivia
Amanda Lindhout y Nigel Brennan fueron liberados después de quince meses de cautiverio en Somalia. La noticia se conoció el miércoles a la noche cuando la periodista habló por teléfono y comentó que fue golpeada y torturada reiteradas veces. Algunos reportes aseguran que las familias de ambos habrían reunido un millón de dólares para su liberación. Esto se logró a pesar de que el gobierno de Canadá evitó que el caso se difundiera a gran escala y no colaboró (el mail que envié a la embajada tampoco tuvo respuesta). Lindhout también dijo que pasaba casi las veinticuatro horas sentada en un rincón sin nada más que su imaginación. Por eso la foto sirve para representar lo contrario que ella vivió.

Cómplice del clima | Preguntas

  
                        *Llueve en Villa Gesell
La sequía se sufre en Chaco y al rato el mismo lugar se inunda. Llegar a los cincuenta grados es común allí; ¿dentro de diez años serán sesenta? El verano no terminó de aparecer en Buenos Aires y eso que pasamos la mitad de noviembre. ¿El cambio climático o simples etapas? ¿Sos culpable o no tenés incumbencia? Elegiría una bicicleta antes que un auto por la duda de convertirme en cómplice.

Cautiva en Somalia

*Imagen copiada del blog Matatu a África
Amanda Lindhout permanece cautiva en Somalia desde el 23 de agosto de 2008. La periodista canadiense realizaba trabajos para un canal de televisión francés al momento de su secuestro por desconocidos armados. Existen informes no confirmados de organizaciones humanitarias de la zona que manifiestan que Lindhout habría tenido un hijo producto de violaciones. ¿Por qué el gobierno de Canadá no consigue su liberación si lo único que solicitan a cambio es dinero? ¿Tendrá importancia que era bastante crítica con las decisiones tomadas por Estados Unidos en Medio Oriente? (Está el video de su llamada a un canal de televisión a un año de su secuestro ¿Se puede hacer algo? Mandé un correo de consulta a la embajada canadiense: bairs-webmail@international.gc.ca).

Bastón verde | Escuché

-¿Lo ayudo a cruzar?
-No, está bien. El bastón verde es de los que tienen una disminución de la capacidad visual. El otro es blanco.
-Ah, no sabía.
-Sí, por eso te explico.

-Si querés podés dejar tu bolso acá -sugirió la recepcionista del hotel en Sáenz Peña-, mientras te muestro la habitación.
-No -respondí-, lo llevaré conmigo.

Simples destinos

Reflejo de una introspección
*Imagen por Julián Carrara en Bolivia
El azar te pondrá a prueba. Siempre. En un aula con un amigo que te pide una respuesta durante el examen, un empleado de una verdulería que te devuelve de más en el cambio, con la necesidad de ayudar a una persona no vidente a cruzar la calle sin que otro te lo exija. En vos estará no responder pero tampoco delatar, en devolver la plata sin esperar algo a cambio o considerarte un santo, en vencer ese inexplicable miedo de ayudar a otro sin ofenderlo. En esos simples destinos están los grandes hechos; no en los Tratados o las Cumbres internacionales.

Una fiesta de música y actuación

Reflejo de la película La canción de París
                     *Cielito la clarinetista, imagen por Lucía Brutta
No es un filme que te haga pensar en algo puntualmente, sino en la vida. Es más para disfrutar, de la belleza, de la música, del francés. La canción de París desde el principio, tan fugaz y bien logrado, te atrapa y llegás a desear que continúe varias horas. El director Christophe Barratier aparece devuelta después de la fascinante Los coristas (recomendada, sobre todo, para cualquier profesor de música). Varios de los intérpretes de esa múltiple galardona se repiten. Inclusive Gerard Jugnot, el agradable y calvo protagonista. Con una fotografía (trabajada por Tom Stern, habitual colega de Clint Eastwood) tan lograda que te meterá de cuerpo y espíritu en París de la década de 1930, la época pre Guerra y fascismo de Europa tan interesante como ya se vio en otras películas recientes. La trama principal se desarrolla en torno al teatro Faubourg 36 (a su vez título original del largometraje), complejo de barrio que los protagonistas intentan rescatar de las peripecias de la corrupción y los avatares políticos. Pondrán para eso en riesgo el cuerpo, sus vidas, y sus familias. Una verdadera fiesta de música y actuación. Y eso que todavía no había mencionado a Nora Arnezeder, la única actriz en esta ocasión, que hipnotiza por su voz y sus rasgos. (Tráiler). (Horarios).

Qué hacés | Preguntas

Reflejo de un delirio

Qué hacés, preguntó. Sólo te tomo una foto. ¿Por qué? Por la claridad, el juego de tonos, tus flores sobre la tierra. ¿De dónde venís? De allá. ¿Y para qué? No sé, busco refugiarme. ¿Y entonces? Sí, las contradicciones son obstinadas.

Guitarrear | Escuché


*La calle se inundó el viernes
-Para tocar el violín, el clarinete o la guitarra –dijo la profesora-, vayan a estudiar música.
-¡Ah! Se refiere a guitarrear –comentó un alumno de periodismo deportivo.
-Si
-Bueno, el periodismo es un poco eso.
-No estoy de acuerdo –dijo otro antes de marcharse.
-Yo no fui, eh –replicó ella.
-No me refería a eso -se defendió el primero-, vos me entendés.

Un poco de ignorancia desatada

Reflejo de una introspección


Empecé a cursar Macroeconomía, por tercera vez, el lunes pasado. Lo digo porque así será en mi cabeza, hasta que el año que viene pueda. Es que desaprobé el segundo parcial y el profesor definió que ya no podría recuperar nada. ¡No pueden hilvanar una idea!, dijo al empezar a corregir mi examen; en el aula sólo había otra alumna en ese momento, y la miró a ella. Luego: No puedo ser demagogo, tenés que sentarte a leer. Así salen después ustedes los periodistas. Respondí con el silencio, aunque antes había intentado absurdamente que me diera otra oportunidad. Pensé sobre la demagogia; qué habrá querido decir. Por la tarde me di cuenta que no le dije algunas cosas al profe: que por lo menos fui uno de los pocos que no hizo trampa en ese examen; que sí estuve todo el fin de semana, y el anterior, leyéndolo; que estoy seguro que se puede aprender más de la vida con la novela Rayuela que con cualquier clase de economía; que me molestó cien veces más haber escrito tazas con z cuando era tasas; que lo único que me quedó en la cabeza de ese manual de ochocientas páginas a doble columna es la frase: Las personas que son muy ricas –ya sea por herencia, por cualificaciones o por suerte- disfrutan de unas rentas muy superiores a las que tienen el hogar medio. Los que no tienen nada parten de una situación de desventaja. Ya sabía que el capitalismo no sirve y que mientras existan los ricos habrá miseria. ¿No pueden aparecer con una teoría del siglo XXI, al saber tanto de macro y mircro, que incluya la democracia en la parte económica? (Parece que unos cuantos piensan algo similar). Los conceptos están equivocados -dijo como despedida-, andá nomás. Sé que la economía es importante, y que se la puede tratar entretenidamente, pero la verdad que cuesta leer ese manual al tener en la biblioteca a Cortázar, García Márquez, y Kapuściński. Tal vez los que hacen periodismo, en general, deberían estudiar más. Pero así también si los que manejan las teorías de la inflación aprendieran a escribir de manera más bella, todos entenderíamos mejor la cuestión.

Un cruce peligroso | Escuché


 *Unión de las avenidas Libertador y Casares, casi en el Jardín Japonés.
-That's a dangerous crossing –dijo una turista después de atravesar apresuradamente la esquina de la foto.

-Cuando te pasa la pelota entre las piernas es porque hacés antes de pensar –se escuchó entre un grupo de pibes que salía de una cancha de fútbol cinco.

Una discriminación divina

Reflejo de una opinión

Me levanté temprano y comencé a ojear el diario La Nación hace unos días. Al rato lo tiré contra la pared. Adentro había encontrado una editorial en la que se oponen al matrimonio de dos personas del mismo sexo (*). En la versión Web la nota ya posee 593 comentarios; algunos ayudan a entender mejor la cuestión. Sé, por leerlo bastante y porque la casualidad hizo que conociera a algunos de sus periodistas, que no representa al diario. Sin embargo si puede ser que la editorial, la cúpula, tenga una tendencia. Sería la del director Bartolomé Mitre o de alguno de sus estrechos colaboradores. El asunto es que la brecha con todas las demás ideas del diario está demasiado marcada. Tendría que poner su nombre y aclarar que es su opinión y no taparla con una justificación divina. Se sabe que hace mucho la Iglesia tomó la errónea decisión de oponerse a la libre elección sexual. No comprendo por qué. A mí la idea del casamiento, de por sí, siempre me pareció extraña. Entendí recientemente, al escuchar argumentos con los que se defendía esta iniciativa, que algunas veces es necesario. Están en el medio temas como la herencia y el derecho a reclamar el cuerpo del difunto: cuestiones elementales. En el texto también se menciona el tema de la adopción; dice, aunque en otras palabras, que prefiere que un chico se muera de hambre a que viva con dos hombres o dos mujeres. Cuidado porque con ideas retrógradas el diario puede quedar como en la foto: arrugado y separado de la sociedad por una reja.

(*) El texto posee incoherencias tales como: (…) Las personas de un mismo sexo no pueden contraer matrimonio debido a una absoluta imposibilidad de la naturaleza (…) Ya que el matrimonio -como lo indica el más somero análisis racional y como surge del propio concepto de familia y de la vida misma- es una institución reservada a la heterosexualidad (...) ¿Cuál imposibilidad de la naturaleza? ¿Explotará todo? El concepto familia, inclusive en la RAE, está definida más comúnmente como el grupo de personas emparentadas que viven juntas. ¿Qué es la vida misma? [Versión comprimida. Nota entera]

Respetar el almuerzo | Escuché

*Vista a la esquina de Salguero y Guatemala.
-¡Dejame de hinchar! Quiero comer ahora; los saludaremos después. Hay que respetarles el almuerzo además; no te pongás nervioso –exclamó una mujer a las dos de la tarde en un café.

Ir a la montaña

Reflejo de la película Los tiempos de la vida
*Imagen del cine Arteplex Centro.
La anciana no dice en ningún momento me quiero morir pero se siente en su forma de estar, en sus ganas de ir a la montaña a buscar a su esposo de una vez. En la película Los tiempos de la vida (Padora’nin kutusu) también verás de cerca cómo tres hermanos se reencuentran con sus anteriores vidas para ayudar a su vieja con su nuevo alzheimer; vuelven al pueblo del que nunca se fueron totalmente. Cada uno se adaptó a la ciudad como pudo, como periodista, como desocupado, o como mujer de familia; sin estar convencidos de lo que realizan. El personaje mejor logrado es el del adolescente, hijo de la mayor. Nunca conoció el pueblo de sus antepasados y sin embargo es el que más se identifica con él. Su lucha con este nuevo mundo, contra las ataduras modernas, como el celular las veinticuatro horas, fueron interpretadas con un gran nivel. Y todo pasa en Turquía, un país lejano y desconocido; sorprende que tengan problemas tan similares, aunque sea obvio. (Tráiler).

Cómo vestirse | Preguntas

*Dibujo de Inna Kromatik

En Brasil pasó algo con una alumna que fue a la Universidad con poca ropa, un vestido corto (está el video). Se armó tal revuelta que la institución decidió expulsarla; aunque luego, ante los reclamos, la readmitieron. ¿Deberías adaptar la forma en que te vestís para cada lugar? ¿No será que los compañeros fueron los desubicados?

Agradecer la salud

Reflejo de una opinión
* Imagen: pasillo del hospital Cuatro de junio, Sáenz Peña
Después de ver Psyco, uno de los últimos documentales de Michael Moore, me quedó en la cabeza el primer testimonio de un señor que se cortó dos dedos de una mano al trabajar con una sierra. Él contó que al llegar al hospital, con las partes amputadas en un recipiente con hielo para que no se le pudrieran, lo primero que le explicaron es cuánto costaría cocerle cada uno (no tenían el mismo precio). Tuvo que decidir por uno, el más barato, porque apenas llegaba a los miles de dólares que le solicitaban. Hablamos de un ciudadano estadounidense, de clase media, nacido en ese supuesto primer mundo.
El mundo está lleno de contradicciones, y Estados Unidos también. En el país con más avances tecnológicos en medicina, el sesenta por ciento de los ciudadanos no poseen cobertura médica. La medicina gratuita no existe allí y los medicamentos cuestan más caros. Por eso el presidente Barack Obama impulsa con tanto énfasis la reforma sanitaria.
Por eso, antes de idealizar otras vidas e imaginar paraísos, primero habría que agradecer por lo que se tiene. Porque, si bien la atención no siempre es la mejor ni las condiciones tampoco (y existen problemas con los salarios de los médicos en algunos lugares), nadie le negará la entrada a uno en un hospital público argentino por no tener dinero en el bolsillo.

Perdón por las macanas | Escuché

-Conocí Chaco. Fui a pedir la mano de una señorita y no tuve éxito. Me mandé una macana además. Y pedí perdón. Siempre hay que arrepentirse ante el Dios que te mira. (Andrés, plomero y nacido en Salta; mientras, estaba sentado en el inodoro).

Declarar ilegal la miseria

Hay que reclamar que la pobreza sea declarada ilegal, como lo es la esclavitud; recuerden que también fue aceptada durante siglos. Espero que el mundo evolucione lo suficiente para que en unos cien años la miseria sea perseguida legalmente como algo inaceptable para la sociedad. (Dichos de Fernando Savater, filósofo español, en un acto de la Organización Mundial de la Salud en Ginebra).

¿Halloween es cultura?


Lo que me sorprendió la tarde en que llegué a Sáenz Peña, en Chaco y a un poco menos de doscientos quilómetros de la capital Resistencia, fue ver que unos cuantos festejaban Halloween. ¿Tiene sentido? Frente al quiosco que aparece en la foto, adornado para la ocasión, un grupo de unos veinte chicos salían de la casa disfrazados y una madre dirigía para que algunos dijeran dulce o truco en unas y otras puertas. No sé cómo aguantaban, con cuarenta grados en el ambiente, las máscaras y las capas colocas. En Estados Unidos empezó como una fiesta pagana heredada de los inmigrantes irlandeses; ¿la finalidad es vender más dulces en la actualidad? Hay una cultura norteamericana de invasión –dijo el escritor cubano Alejo Carpentier- lo que llamaríamos una cultura colonizadora; digamos la palabra: imperialista. Consiste en ponernos ámbitos, trastocar las costumbres, imponer el idioma. Los cubanos vimos y padecimos mucho eso por la cercanía. Conocimos una época en la que hasta los letreros de los locales estaban en inglés. Eso no es cultura ni es nada. Es imposición de una sociedad de consumo, que trata de vender productos a través de los vehículos de la publicidad. Ahora, la cultura verdadera, de Ralph Waldo Emerson, de Paul Whitman, las novelas de William Faulkner, ¡bienvenida sea!
(Está la entrevista completa a Carpentier).

¡Fuego! | Escuché

-¡Fuego! –gritó el chico mientras corría por la plaza; luego se dirigió a su padre-, vos tenés que decir agua. ¡Fuego!
-¡Agua!

Acerca de vidas burbuja

A los costados de la autopista ya no se ven casas ni calles, pero esto sigue siendo Buenos Aires. El menemismo perfeccionó el concepto de Gran Buenos Aires achicando Buenos Aires: al transformarla en una ciudad más pobre y –dicen- más peligrosa, tuvo que integrarle zonas que antes no eran suyas. Para tranquilizar a los ricos inventó comarcas, que antes no existían, donde los acaudalados aprensivos pueden vivir estilo campo y trabajar en la ciudad. O sea que ahora hay signos de la ciudad hasta mucho más allá de la ciudad (…) (Martín Caparrós, El interior, 2006).

Vidas burbuja


Una burbuja puede volar. Puede moverse, hacia arriba, hacia abajo, a los costados. Soporta una deformación; hincharse, aplanarse. Pero en un momento revienta y desaparece. La película Las viudas de los jueves es una representación a escala de country de lo que era la Argentina hasta el 2001, durante los mandatos del presidente Carlos Saúl Menem. Todo un país que vivía dentro de un ambiente ficticio, cegado por el dinero y la ambición. Los que habían levantado sus riquezas en esas falsas bases fueron los que peor la pasaron, en una especie de justicia personal posiblemente. Un estrato muy bien representado en el filme: con vidas que desde afuera parecen mansiones pero que en realidad se asemejan a la construcción de la foto. Una pena que algunos vuelvan o sigan en lo mismo. (Tráiler).

Otra víctima de la Camorra

¿Querés ver cómo mata la Camorra, mafia de Nápoles? Está el video con la nota. Para interiorizarse en el tema serviría leer tanto Gomorra, de Roberto Saviano, como ver la película de idéntico nombre (tráiler). El periodista Saviano permanece con cinco custodios del Estado italiano las veinticuatro horas desde que se publicó su trabajo sobre el funcionamiento de esos engranajes delictivos. Ya cité en este blog una pequeña muestra que sin embargo sirve bastante para entender ese contexto en el que se manejan con pistolas desde la niñez.

Observar


*Imagen de Julián Carrara


Sólo debés observar durante unos minutos, aunque a veces sea mucho. Si lográs capturar un momento como la cámara con la que se obtuvo esa imagen, de manera lenta, sencilla, te darás cuenta que la Tierra realmente está en movimiento constante. En serio gira. Eso te llevará a pensar de a poco que todos estamos dentro de este barco gigante. Y tenés que mantenerlo a flote. Cada uno es indispensable. Entendés así que los 194 muertos de Cromañón son tan importantes como las 105 víctimas de un auto con explosivos en Paquistán ayer, o las bajas de la ONU en Afganistán. Que los 94 asesinados en el atentado a la AMIA valen tanto como los tres mil de las Torres Gemelas. Y vos también, naufrago.

Posesión del ayer

Sé que he perdido tantas cosas que no podría contarlas y que esas perdiciones, ahora, son lo que es mío (…) Todo poema, con el tiempo, es una elegía. Nuestras son las mujeres que nos dejaron, ya no sujetos a la víspera, que es zozobra, y a las alarmas y terrores de la esperanza. No hay otros paraísos que los paraísos perdidos. (Jorge Luis Borges, Los conjurados, 1995).

Purgatorio

Más de una vez me he despertado en medio de la noche con la sensación de que mi marido está en el cuarto.

No es raro. A todos nos pasa. Estamos soñando y, cuando despertamos, el sueño se queda un rato con nosotros.

No, esto es más real. Siento que Simón está junto a la puerta de mi cuarto y no se anima a entrar.

Porque no lo viste muerto. Ésa es una buena razón.

Quién sabe. Un tribunal lo declaró muerto y me esforcé por matarlo dentro de mí. Como no tiene tumba, yo fui su tumba. Ahora quiere salir (…) (Tomás Eloy Martínez, Purgatorio, 2009).

2009 - 2

La segunda parte del prólogo:
Por añadidura, los argentinos vieron cada vez menos televisión, hasta que la abandonaron también. Es que inclusive las mujeres aseguraban que perdía la gracia al no tener nada que compitiera con sus telenovelas. Así, de repente se empezó a escuchar nuevamente, por las calles porteñas y en el interior del país, apellidos como Borges, Cortázar, Fontanarrosa, Gelman; y se comentaban alegremente las historias de sus respectivas novelas, cuentos o poemas. Así, en tres décadas el país del Cono Sur se convirtió en la hegemonía mundial irreversible. Y así seguimos. Cuentan que por muchos años Estados Unidos había tenido ese papel, y que por un breve periodo también China. Creer o reventar, diría alguien de esos tiempos (...)

2009

Encontré un libro en un desierto. Al parecer, data de mil años atrás. En la tapa sólo dice 2009. El comienzo de su prólogo:

Se puede leer en los libros de historia (o enterarse por cualquiera de las otras vías; yo todavía prefiero esa) que el 2009 significó un cambio coyuntural enorme para Argentina. Uno de sus protagonistas fue Julio Grondona, un señor que era el presiente de la Asociación de Fútbol que representaba al país (AFA). Cuentan que por decisión de él se atrasó el comienzo del torneo del segundo cuatrimestre. El tema era el dinero que generaba la televisación; Grondona quería más, para él mismo (algo que no sería extraño de esa época, y menos con lo que se sabía de ese individuo) o para los clubes. El conflicto nunca se solucionó y así siguió, año tras año. Hasta que las personas comenzaron a olvidarse de lo que era ese deporte que exacerbaba tantas conversaciones. Poco a poco, llegó el momento en el que desconocieron hasta a la pelota (...)

Poder volar

Poder volar - Timmy O'Tool

[El arte y el rock].

Buenos seres humanos

Creo que para ejercer el periodismo, ante todo, hay que ser un buen hombre, o una buena mujer: buenos seres humanos. Las malas personas no pueden ser buenos periodistas (…) (Ryszard Kapuściński, Los cínicos no sirven para este oficio, 2002).
El periodismo es arte. No sirve para hacerse rico, tampoco para gobernar. Si querés tener plata, ¿por qué no te dedicas a otra cosa? Hacé industrias, che. Jugá bien al fútbol, che. Se modelo, che. Pensalo. El periodismo es potable. Los periodistas son el problema (leí una vez que el asunto no es Marx, sino los marxistas). Hacé otra cosa, che. Si no vas a ser como Daniel Hadad. Cuidado: la codicia es contagiosa, como el miedo.

Empatía

El viernes recibí el diario con una foto del Papa de la Iglesia Católica en su portada. La noticia fue que en un breve discurso él dijo que se debería “reducir el escándalo de la pobreza y la inequidad social” en la Argentina. En la imagen se lo ve a Joseph Ratzinger (Benedicto XVI) con un anillo de oro, un collar de oro y los marcos de su anteojo de oro.

¿Y cuánto vive? | Preguntas

¿Cuánto vive el hombre, por fin?
¿Vive mil años o uno solo?
¿Vive una semana o varios siglos?
¿Por cuánto tiempo muere el hombre?
¿Qué quiere decir para siempre?


PABLO NERUDA

¿Te gustaría? | Preguntas

¿Te gustaría que enterrasen tu cuerpo en un lugar como el de la imagen? ¿Para qué amontonar a los difuntos en un campo? ¿Te da miedo que al morir tu alma se quede encerrada allí, en la oscuridad? ¿Eh?
[La foto fue tomada en el cementerio de la isla Martín García; se notan las singulares cruces inclinadas].

El círculo de los locos quilomberos

-Yo le grito, con alguien me tengo que desquitar.
-A mí me da lástima –le responde el compañero y me hace pensar: ¿quién es él para apiadarse de los demás?-, pobre.
-¿Para qué trabaja ahí entonces si es un inútil? ¿O para qué trabaja para esa empresa [hablaban de Fibertel, que otorga servicio de conexión a Internet]? Con alguien me tengo que desquitar.
[Conversación de una chica universitaria de clase media con un compañero y una compañera de la misma situación y clase.]

Es la sociedad de los vivos, de los quilomberos; la de a ver quién levanta más la voz. En ella si sos una persona pacífica y de diálogos, quedás descolocado.
Es desagradable cuando alguien abusa de su poder (al ser jefe de otros por ejemplo) para conseguir algo. Así también los hombres cuando son machistas y babosos. Pero, ¿por qué estos individuos se mantienen con esa forma de ser y no se decepcionan? Respuesta: ¡porque tienen éxito! Siempre hay algún secuaz, siempre hay alguna mina que le da la hora y mucho más.
De la misma manera (y si, se vuelve a lo del chancho, que últimamente tiene la culpa hasta de la gripe A. ¿El que come o el que lo alimenta? O algo así) en la sociedad en la que vivimos sólo algunos se los tiene en consideración: al que patalea, al que grita, al que corta las calles; si, che, el vivo, el quilombero. ¡Ese si que aprendió!
Así también el que recibe las malas energías del otro debe devolverlas. ¿Cómo te vas a quedar callado? Gritale también. Así se completa el círculo. No importa que se solucione el trámite que se reclamó, hay que aliviar las propias tensiones.
-¿Cómo dejás que te diga eso? Yo sabés cómo le contesto…
Viva la guerra. Viva la crispación. Viva la pepa ya que estamos. Un mundo de locos en el que cuando uno grita se olvida que al llegar a su propio trabajo recibirá más gritos; total ya tendrá con quién descargarse. Un mundo en el que todos se quejan de su vida aunque ninguno hace nada para cambiarla.
Y encima nos da la cara para preguntar sorpresivamente de dónde salieron los políticos como los kirchneristas. Tan prepotentes que son. O los dirigentes del campo. Que la verdad que se les pasa la mano; demasiado vengativos. Es que ellos ya se dieron cuenta: ¡hay que hacer quilombo, che! ¿Convendrá construirse una choza cerca de una playa en un campo perdido y vivir con las estrellas? Al estilo menonita.


El arte y el rock

Hoy, para entender hacia dónde vamos no hace falta fijarse en la política, sino en el arte. Siempre ha sido el arte el que, con gran anticipación y claridad, ha indicado qué rumbo estaba tomando el mundo y las grandes transformaciones que se preparaban. Es más útil entrar en un museo que hablar con cien políticos profesionales (…)
Quizás, hoy en día, gracias a la calidad esencial de la voz humana que canta, que grita con todo su dolor, la forma narrativa popular más vital y genuina es la música rock (…) (Ryszard Kapuściński, Los cínicos no sirven para este oficio, 2002).

Andamos solos

Ricardo pasó por el alcoholismo. Ahora lucha para no volver a la adicción. Él dice que quiere trabajar y que necesita que lo ayuden con los documentos solamente; lo demás lo consigo, asegura. Además repite varias veces que su idea es regresar a su tierra natal, que según él conoce plenamente, para reencontrarse con lo que le queda de la familia.

Anda sólo

-¿De dónde es usted?
-Soy chaqueño.
-¿En serio? Yo también.
Villordo se maneja con dos bolsas permanentemente; en ellas lleva todas sus pertenencias. Por eso no acarrea nada de peso; por eso, y otras razones más, no acepta las mantas que ofrecen los trabajadores sociales del Gobierno de la Ciudad. Los que aceptan las frazadas esas –contó Ricardo-, luego van y las venden en la villa o donde sea. Con tal de tener con qué comprar vino.

Ando sólo

Ando sólo porque varios amigos me cagaron, dijo Ricardo Villordo (49).
-Disculpe, le puedo hacer una pregunta.
-La que quiera, ¡hombre!
-¿Usted vive en la calle?
Villordo, que nació en la provincia del Chaco, poseía una casa en Villa Crespo. Estaba casado y trabajaba como guardia de seguridad en la Terminal de Ómnibus de Retiro. En un momento una pelea llevó a que se divorciara, perdió su trabajo y encima lo asaltaron. Entonces (hace tres años) decidió vivir sin techo, o no le quedó otra vía.

Como si fuera un capullo

El frío en su máxima expresión. Se siente en la cara, en los pies, en los brazos, en las orejas; en fin, en el cuerpo entero. Encima la tenue e insistente llovizna no para de fluir. Aunque tengo el alivio de que dentro de diez minutos estaré en mi hogar. ¿Cómo debe ser si uno carece de un refugio, de una buhardilla por lo menos? Una noche se transforma de esa manera en una serie continua de tortura. El dolor, el fuego, las ganas de escaparse. (Voy en un taxi y veo a una persona acurrucada contra la pared de una iglesia, como si fuera un capullo, cubierto de papeles y mantas).

La 'iglecia' es genocida, opinó fulano


A veces cuando alguien dice estar tan seguro de lo que piensa como para agarrar un aerosol y dejarlo marcado sobre la iglesia catedral de la ciudad, resulta que no se dio cuenta de que primero debía saber lo básico (y tampoco estar tan seguro de ello). Recomendación: agarrar el diccionario y chequear el juicio antes de manifestarlo. Hablemos con conocimiento. Así no nos pasa como al que escribió lo de la foto. Opinemos con el mínimo indispensable de sustento. Y firmémoslo de paso. Así no quedamos como cobardes.

El final de la obra

-No era así antes –dice la señora, de 89, que se agarra fuerte del brazo ajeno-. Hasta hace poco podía caminar sin problemas, sola, por la calle. Que desastre, que terrible.
El deseo más fuerte es el de morir, el de estar muerto, para aplacar tensiones. Nos morimos por eso, porque el cuerpo es un agujero que sólo se llena del todo con la muerte. Yo había alcanzado ese deseo en vida, lo que me daba una fortaleza excepcional frente a quienes ni siquiera tenían conciencia de que lo que de verdad deseaban más que ninguna otra cosa era estar muerto (…) (Juan José Millás, Tonto, muerto, bastardo e invisible, 2008).
Si no sos religioso, ¿qué te detiene para no decidir cuándo acabar tu vida? ¿Podés criticar al director de orquesta británico (85) y a su esposa (74) que, ya bastante enfermos, viajaron a Suiza (país en el que el suicidio asistido es legal para los ciudadanos y los extranjeros) a concretar su fin?

Concorrenza sleale

La película se llama Concorrenza sleale (en Argentina fue titulada como Competencia desleal). Ambientada en la Italia de Benito Mussolini (1938) cuando los primeros rasgos del fascismo comienzan a notarse. Dos familias la protagonizan: la del sastre tradicional italiano y la recién mudada del hebreo, también confeccionista de trajes. Ambas se enredan y se inicia la convivencia. Las similitudes y las diferencias afloran. Actuaciones extraordinarias y un tema para pensar. Y con el toque especial del director Ettore Scola.
Tráiler.

San Fermín a diestro y siniestro

7.30 AM. Daniel Jimeno Romero, de 27 años y nacido en Alcalá de Henares, se prepara para comenzar la corrida en el quinto encierro de San Fermín.
7.45 AM. El toro Capuchino (515 kilogramos) se queda rezagado de la manada. Mientras todos seguían juntos hacia delante, él decide que no, que mejor sólo. “Avanzaba lentamente y en zigzag –diría luego la nota del diario El País de España-. Iba tirando derrotes a diestro y siniestro.”
8.12 AM. La emoción se sentía al límite y la corrida estaba cercana a su fin. Jimeno Romero iría sonriente, exaltado. Habrá pisado mal, se habrá resbalado, el tema es que se tropieza.
8.12.05 AM. Capuchino avanza decidido. Usa toda su potencia. Llega al punto en el que Jimeno Romero trata de reincorporarse, cabecea y su cuerno izquierdo entra en el cuerpo del corredor a través del cuello; penetra y perfora el pulmón, la arteria aorta y la vena cava.
8.45 AM. Se certifica la muerte Jimeno Romero en el hospital Virgen del Camino. “Un corredor serio –escribieron los autores del mismo artículo del diario español-, que nunca se planteaba ir sin dormir a los encierros.”
No es un informativo de la Edad Media. Es el siglo XXI. No es un país del llamado Tercer Mundo, es España. Las conclusiones, suyas y de nadie más. Menos mal que, como castigo, Capuchino fue el primer faenado.

Gomorra

-Roberto, ¿qué es un hombre sin carrera y con pistola?
-Un capullo con pistola.
-¡Bien! ¿Qué es un hombre con carrera y sin pistola?
-Un capullo con carrera.
-¡Bien! ¿Y qué es un hombre con carrera y con pistola?
-¡Un hombre, papá!
-¡Muy bien, Robertito!
(Roberto Saviano, Gomorra, 2006).


El miedo es contagioso

Lamentablemente, este estado de cosas nos lleva a que pueda ocurrir aquello del cuento sufi que dice que un peregrino se encontró un día en su camino con la Peste. Le preguntó adónde iba y ésta le respondió que se dirigía a Bagdad, donde iba a matar a cinco mil personas. Una semana más tarde, el peregrino volvió a encontrarla y, enojado, le reprochó: "¡Me dijiste que ibas a matar a cinco mil personas, pero mataste a cincuenta mil!". La Peste lo miró, sonriente: "Yo cumplí mi palabra. Yo sólo maté a cinco mil, los demás se murieron de miedo"(…) (Alina Diaconu, Miedo al miedo, diario La Nación del jueves 9 de julio de 2009).
El miedo es contagioso. Una vez fui a Parque Patricios de noche para concretar una entrevista. Todavía no conocía demasiado esta ciudad (sigo sin hacerlo, ¿quién podría igualmente?). Fui en taxi porque llegaría tarde. Hacía frío. Llevaba varios objetos de valor en la mochila como el grabador de audio y la filmadora. Frenamos en una zona oscura. Acá es –me dijo el conductor que había notado que yo era del interior-, manejate con mucho cuidado. Mirá allá, a media cuadra, hay una villa muy peligrosa. Yo pegaré la vuelta acá, ni en pedo me acerco más –abría bien los ojos mientras hablaba, su tono de voz parecía alterado-. Guarda, porque te afanarán todo.
Bajé nervioso. Yo, que hasta ese momento no me había fijado ni en lo tenebroso del lugar, comencé a preocuparme por la mochila, por el reloj, por mi seguridad. Toqué varias veces el timbre y esperé impaciente; el taxista me había contagiado. Una pena que no fuera de coraje.

Millás en Buenos Aires

Fragmento de lo que leyó el escritor español Juan José Millás en la 35ª Feria Internacional del Libro de Buenos Aires:
Hace unos años estaba escribiendo un artículo cuando entró mi hijo pequeño en la habitación y me preguntó qué quería decir efímero. A veces en lugar de una palabra venía con un insecto para que le dijera su nombre. Cuando un niño abre la mano y te muestra un escarabajo, es como si tu mismo vieras por primera vez ese escarabajo. Y cuando te muestra una palabra es como si no la hubieses oído nunca hasta ese instante. Efímero.
No siempre traía insectos o palabras. A veces venía a la casa con objetos cuya utilidad ignoraba. Tenía la costumbre de preguntarle de dónde había sacado tal cosa o tal animal porque no es lo mismo hurgar en la caja de herramientas que en la basura. El mismo objeto significa cosas diferentes según proceda de un sitio u otro. Y con las palabras sucede lo mismo.

¿De dónde has sacado esa palabra?, le pregunté. No me lo quería decir. Lo presioné. De un libro, dijo al fin. ¿De qué clase de libro?, insistí. No me gustaba que anduviera recogiendo palabras por ahí, de cualquier sitio. Las palabras transmiten multitud de infecciones. Una vez contagiado, caen sobre ti la enfermedades oportunistas; las frases oportunistas cabría decir, y estás perdido. No es lo mismo encontrar la palabra efímero en un poema que en una esquela.
Le dije al fin que algo efímero era algo que no duraba y le serví tres o cuatro sinónimos: fugaz, perecedero, provisional. ¿La vida es efímera?, preguntó entonces y comprendí que había sacado la palabra de donde no debía. La vida es muy larga hijo, le respondí. Las horas al menos lo son, añadí recordando un verso de Borges: La vida es corta, aunque las horas son tan largas. Me miró con gesto de preocupación; luego me dio las gracias y se fue olvidando la palabra sobre la mesa.
No recuerdo la primera vez que yo mismo tropecé con este término, efímero, ni si fue en la basura o en un libro. Pero recuerdo la vez que por pura inconsciencia tome una cucaracha entre los dedos. Hoy no me atrevería. Tampoco me atreví a coger la palabra efímero, así que la dejé allí para que desapareciera cuando la sirvienta limpiara
(…)

Panchos en la estación de subte

-Comprame un pancho –exigió el chico (de unos diez años), vagabundo, huérfano; descalzo en la estación de subte.
-No tengo plata –respondió él, con miedo (¿a qué?), como por un reflejo defensivo; inconsciente.

¿Quiénes son los invasores?

El asunto de la gripe A me hace acordar una y otra vez a El Eternauta. La enfermedad representaría a la nieve, que nos aísla, que nos hace permanecer en nuestras casas. Inmediatamente aparecen los sobrevivientes: están los buenos, que se preocupan un poco por los demás y tratan de mantener su vida; están los racionales, los egoístas, a los que hay que temerles [La ley de la jungla. Matar o morir… Había fieras sueltas en torno nuestro. Fieras: hombres. Las más feroces de todas… Supe, como nunca, lo que es el miedo (…) Héctor G. Oesterheld]. Es una incógnita quiénes serían los invasores, los ellos. ¿Serán señores de traje que quieren evitar que se hable de la crisis económica mundial? Faltan pruebas.

Hipocresía con Honduras

Las torpezas hondureñas son sólo superadas por la explosión de hipocresía que han desencadenado. Ni más ni menos que Raúl Castro -¡Raúl Castro!- pide sanciones mundiales contra un pequeño país cuyos líderes tomaron el poder por la fuerza. Hugo Chávez, cuya carrera política comenzó cuando lideró un sangriento golpe militar contra un Gobierno democrático, truena contra los golpistas hondureños y amenaza con una invasión (…) (Moisés Naím, Idiotas contra hipócritas, diario El País de España del domingo 5 de julio de 2009).

Condenar el golpe de Estado. Pero, ¿por qué abrazar jocosamente a Manuel Zelaya, que no se caracteriza por ser alguien que respeta la Constitución de un país?

Enmascarado en la remera


Me gusta la imagen de esta remera por lo que representa. Es como si cada día la entendiera un poco más; la actualidad ayuda, ¿no? Un señor elegante (hasta el sombrero tiene puesto) pude enmascararse. ¿El miedo es de contaminarse con algo o de contagiar a los demás? ¿Es egoísta o altruista? La reja demuestra que está encerrado, por voluntad propia seguramente. La máscara, por más que sea preventiva, es una manera de acorralarse; uno se excluye, se arrincona. Nadie quiere a este señor anónimo. Sin cara está más cerca de ser un fantasma que una persona.

Ardor en los ojos

Hablé con una chica que podría tener gripe A. Se me acercó en la coordinación de la Facultad de Sociales de la UP y me explicó su situación entre susurros:
-Soy enfermera y alumna de psicología. El viernes me confirmaron que estuve atendiendo a un paciente con gripe A. Debo avisarle, cuanto antes, a las autoridades por si tomarán algún tipo de medida.
¿Por qué se presentó personalmente en vez de llamar por teléfono? Quizás sólo de distraída.
Tiendo a relativizar lo de la pandemia, hago como si no me importara. Es que la psicosis sobre algo es peor que ese algo en sí. A penas se fue la chica le comenté esto a una persona que al momento me dijo: “Sabés que me comenzaron a arder los ojos.” Y me di cuenta que en ese instante la comezón de la culpa y la obsesión me nublaba la vista a mí también.

Un pino en el Congreso

Esquina de Callao y Corrientes en la noche del domingo de las elecciones legislativas. Un cartel gigante anuncia el próximo estreno de la nueva entrega de la saga de Harry Potter. El anuncio reza: oscuros secretos serán revelados. A quince metros, en el ya tradicional Hotel Bauen, se encuentra el punto de reunión del partido político Proyecto Sur. Y se podría decir que los votantes congregados allí esperan al menos eso de Pino Solanas, su representante: que en el Congreso destape oscuros secretos.
Caras de jóvenes abundan. Enarbolan banderas y visten remeras con el símbolo verde que identifica al partido (¿será azar que fuera el mismo color que identifica a los que quieren un cambio en Irán?).
-¡Cómo le rompimos el orto a Elisa Carrió –grita una chica mientras se abraza con otro simpatizante-! Encima salió a decir que eso es lo que quería.

Parte del discurso de Solanas el domingo: