Fragmento de lo que leyó el escritor español Juan José Millás en la 35ª Feria Internacional del Libro de Buenos Aires:
Hace unos años estaba escribiendo un artículo cuando entró mi hijo pequeño en la habitación y me preguntó qué quería decir efímero. A veces en lugar de una palabra venía con un insecto para que le dijera su nombre. Cuando un niño abre la mano y te muestra un escarabajo, es como si tu mismo vieras por primera vez ese escarabajo. Y cuando te muestra una palabra es como si no la hubieses oído nunca hasta ese instante. Efímero.
No siempre traía insectos o palabras. A veces venía a la casa con objetos cuya utilidad ignoraba. Tenía la costumbre de preguntarle de dónde había sacado tal cosa o tal animal porque no es lo mismo hurgar en la caja de herramientas que en la basura. El mismo objeto significa cosas diferentes según proceda de un sitio u otro. Y con las palabras sucede lo mismo.
¿De dónde has sacado esa palabra?, le pregunté. No me lo quería decir. Lo presioné. De un libro, dijo al fin. ¿De qué clase de libro?, insistí. No me gustaba que anduviera recogiendo palabras por ahí, de cualquier sitio. Las palabras transmiten multitud de infecciones. Una vez contagiado, caen sobre ti la enfermedades oportunistas; las frases oportunistas cabría decir, y estás perdido. No es lo mismo encontrar la palabra efímero en un poema que en una esquela.
Le dije al fin que algo efímero era algo que no duraba y le serví tres o cuatro sinónimos: fugaz, perecedero, provisional. ¿La vida es efímera?, preguntó entonces y comprendí que había sacado la palabra de donde no debía. La vida es muy larga hijo, le respondí. Las horas al menos lo son, añadí recordando un verso de Borges: La vida es corta, aunque las horas son tan largas. Me miró con gesto de preocupación; luego me dio las gracias y se fue olvidando la palabra sobre la mesa.
No recuerdo la primera vez que yo mismo tropecé con este término, efímero, ni si fue en la basura o en un libro. Pero recuerdo la vez que por pura inconsciencia tome una cucaracha entre los dedos. Hoy no me atrevería. Tampoco me atreví a coger la palabra efímero, así que la dejé allí para que desapareciera cuando la sirvienta limpiara (…)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario