San Fermín a diestro y siniestro

7.30 AM. Daniel Jimeno Romero, de 27 años y nacido en Alcalá de Henares, se prepara para comenzar la corrida en el quinto encierro de San Fermín.
7.45 AM. El toro Capuchino (515 kilogramos) se queda rezagado de la manada. Mientras todos seguían juntos hacia delante, él decide que no, que mejor sólo. “Avanzaba lentamente y en zigzag –diría luego la nota del diario El País de España-. Iba tirando derrotes a diestro y siniestro.”
8.12 AM. La emoción se sentía al límite y la corrida estaba cercana a su fin. Jimeno Romero iría sonriente, exaltado. Habrá pisado mal, se habrá resbalado, el tema es que se tropieza.
8.12.05 AM. Capuchino avanza decidido. Usa toda su potencia. Llega al punto en el que Jimeno Romero trata de reincorporarse, cabecea y su cuerno izquierdo entra en el cuerpo del corredor a través del cuello; penetra y perfora el pulmón, la arteria aorta y la vena cava.
8.45 AM. Se certifica la muerte Jimeno Romero en el hospital Virgen del Camino. “Un corredor serio –escribieron los autores del mismo artículo del diario español-, que nunca se planteaba ir sin dormir a los encierros.”
No es un informativo de la Edad Media. Es el siglo XXI. No es un país del llamado Tercer Mundo, es España. Las conclusiones, suyas y de nadie más. Menos mal que, como castigo, Capuchino fue el primer faenado.

1 comentario:

  1. increible que todavia se sigan haciendo esas cosas, a pesar de varias muertes, al igual que los toreros y demas. Yo respeto su tradicion, pero como vos decis, no es la edad media, ni un pais subdesarrollado,la adrenalina tiene su riesgo y su precio, pero la muerte es algo que el hombre, a veces, no logra enteder... y mucho menos un pobre toro.

    Abrazo seba! como siempre muy buen blog

    bye

    huguito

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