No es un filme que te haga pensar en algo puntualmente, sino en la vida. Es más para disfrutar, de la belleza, de la música, del francés. La canción de París desde el principio, tan fugaz y bien logrado, te atrapa y llegás a desear que continúe varias horas. El director Christophe Barratier aparece devuelta después de la fascinante Los coristas (recomendada, sobre todo, para cualquier profesor de música). Varios de los intérpretes de esa múltiple galardona se repiten. Inclusive Gerard Jugnot, el agradable y calvo protagonista. Con una fotografía (trabajada por Tom Stern, habitual colega de Clint Eastwood) tan lograda que te meterá de cuerpo y espíritu en París de la década de 1930, la época pre Guerra y fascismo de Europa tan interesante como ya se vio en otras películas recientes. La trama principal se desarrolla en torno al teatro Faubourg 36 (a su vez título original del largometraje), complejo de barrio que los protagonistas intentan rescatar de las peripecias de la corrupción y los avatares políticos. Pondrán para eso en riesgo el cuerpo, sus vidas, y sus familias. Una verdadera fiesta de música y actuación. Y eso que todavía no había mencionado a Nora Arnezeder, la única actriz en esta ocasión, que hipnotiza por su voz y sus rasgos. (Tráiler). (Horarios).
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