Malí III


Foto en Malí · 2011 · por Ferdinand Reus

  Emira Woods, directora de Foreign Policy in Focus, destacó la necesidad de pensar en soluciones de largo plazo con respecto a Malí y otros países del África subsahariana. Fortalecer y ayudar en lo económico sería un ejemplo. Evitar, así, lo militar. Por lo menos hacer un mejor intento.    

  Muchos de los sublevados, dijo Woods, tienen aspiraciones de auto determinación. No todos tendrían el extremismo islámico como motor para moverse y pelear como se cree. Es que las intervenciones del estilo practicado en el presente por Francia, además de aportar más violencia, tiene consecuencias simultáneas como la toma de rehenes en Argelia. Lo que sería un comando partidario del terrorismo se enfrentó durante tres días al ejército argelino que recuperó las instalaciones gasística de Tigantourine a la fuerza. El resultado fue más muertes.

  El sector geográfico en el que se encuentra la planta es una parte con amplia riqueza de recursos naturales, desde petróleo hasta oro y uranio. Se encuentra allí, asimismo, la inestable relación entre el 1 por ciento (relacionado con extranjeros) que domina la explotación de los recursos y el 99 que intenta sobrevivir. Sólo quince años atrás en Argelia se luchaba aún para combatir el colonialismo. La ferocidad de ese periodo aún se palpa en el aire.

  Hay que subrayar que la crisis, ante todo y como suele ser en estos casos, es humanitaria. Tanto en Malí como en Argelia. Por lo que en eso deberían centrarse los recursos. En ayudar a las personas.

  Así como los casos se relacionan, ambos no deberían ser, tampoco, desvinculados de las derivaciones de la operación de 2011 en Libia. El aporte de armas que se hizo en esa ocasión todavía esparce sus ramas. Un árbol que no aporta a la vida.  

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