Negocios

                                                                                                      Foto por Rufus Gefangenen

Escucho la BBC de Londres y hablan de Argentina. Un programa especial sobre cómo el país se recuperó de manera extraordinaria desde la crisis de 2001. Pongo la misma radio otro día y un economista menciona el caso argentino como ejemplo. Escucho de nuevo y hay otro programa especial sobre la macroeconomía argentina. Nos observan ahora, quieren saber cómo hicimos. En una época en la que el espíritu piquetero parece repetirse hasta en Los Ángeles y en Italia surge esperanza por un rumor de que el FMI los ayudará con dinero. ¿Cómo hicimos? Europa y el euro van camino al suicidio.

El dueño

                                                                           Foto por Gaucholadri
Mark Zuckerberg, creador de Facebook, se puso como meta anual comer sólo los animales muertos por sus manos. De manera anterior había aprendido mandarín en doce meses (su novia es de orígenes chinos). También cuentan que su vida es modesta y que sigue sin querer vender su sitio Web (algunos lo valúan en alrededor de cien mil millones de dólares). Mark todavía le busca sentido a la vida como todos los demás. Y sube sus fotos a la red para que se vea. Como todos.

Piel

                                                                                                          Foto por Clonny
Cómo sería atrapar a una persona, cambiarla casi en su totalidad y mantenerla encerrada. Esa es una de las cosas que muestra La piel que habito, última película de Pedro Almodóvar. Horroriza el resultado; tal vez como él pretendía. La primera media hora hasta puede dar ganas de irse. Es intenso: se permite cerrar los ojos durante segundos. Luego se digiere y seguís mirando con asco para saber cómo terminará. A veces para bien, las metamorfosis son posibles en las personas. A veces no. Lo importante sin embargo es ese punto interior que no puede ser violado. Pero es difícil traspasar la obsesión por la piel. 

Tocarlo

Te digo que quiero tocar el contrabajo. Mover las cuerdas así con el sonido. Pero tengo miedo que mis manos no tengan la suficiente fuerza.
  Debe ser lindo subirse al escenario y dejar a la persona que uno quiere maravillada. Y que aplaudan y me vengan a abrazar. Pero en realidad a mí qué me importa si a los otros le gusta. Quiero sentirlo adentro, con su fuerza y vida, sus movimientos. No importa la opinión de los demás.
  Y están también los críticos y sus percepciones. Debería prohibirse la crítica. Que no exista. Sobre todo cuando es mala o tiene ideas políticas y etcétera. Cuando alguien hizo algo desagradable debería quedar el espacio en blanco. O hablar de otra cosa. Para qué tratar de destruir. No hay que etiquetar de esa manera, sino poner en el título: impresión sobre una obra, observaciones, lo que a mí me parece, lo que quiero decir acerca de, delirio, pienso que, mi aporte. Más bien son como reflejos que se tienen. Así como cuando alguien te tira una piña y tenés que agacharte, vos sabés de eso, o lo bloqueas y le mandás una. ¿Te acordás cuando me enseñaste a pegar de chico? Me dejabas llorando y me decías que así sabría qué hacer en el colegio. Por eso, volviendo al tema, te digo que la palabra más acertada sería reflejo. Como ese que a veces el río nos devuelve del sol. O los charcos formados por la lluvia. Claro que no es la esencia pura. Pero sirve para mirar. Y algo de lindo tiene. No como cuando te da en el ojo y no podés ver.
  Lo que no sé es por qué ahora empezó a gustarme el contrabajo. Tanto que dije que quería tocar el piano y vos también, y me decías que te quería copiar. Capaz porque me pasaron unos temas de Spalding que me hacen delirar. Y con ese nombre que tanto ayuda.    

Nubarrón

<<Fuerte chubasco. Oponte a la lluvia, deja que te penetren los rayos de hierro, deslízate en el agua que quiere arrastrarte, pero no, quédate, espera erguido el sol que te baña de un modo súbito e infinito.>>
Kafka.

Evocar



          


                                                           Lo importante es lo que el baile evoca.

Habemus

                                                                                                                    Foto por *[SouLe]*
El alma y el inconsciente no son compatibles en la teoría (según algunos). En la vida diaria tienen que mezclarse, convivir. Cambia, todo cambia canta Mercedes Sosa en plena película y todos bailan. Es que hay que adaptarse. El psicólogo que se mete en la vida de la iglesia con los cardenales. El Papa que se incorpora a una familia y a la rutina de ayudar a otras personas con el psicoanálisis. Hay que jugar en la vida. Así como Nanni Moretti jugó al dirigir y actuar en la película Habemus papa. A veces cuando las cosas están peores inclusive. Y no apresurar las decisiones en esos momentos.

Entrevista relámpago


Algunas preguntas que Clarice Lispector le hizo a Pablo Neruda:

-¿Cuál es la cosa más importante en el mundo?
Tratar de que el mundo sea digno para todas las vidas humanas, no sólo para algunas.
-¿Qué es lo que más desea para usted mismo como individuo?
Depende de la hora del día.
-¿Qué es el amor? Cualquier tipo de amor.
La mejor definición sería: el amor es el amor.
-¿Ha sufrido mucho por amor?
Estoy dispuesto a sufrir más.

(Sacado del libro Descubrimientos, de Lispector).

La trampa


                                                                                                                                                             Foto por csuspect
El viento empujó y el agua ya no aguantó sobre el pequeño techo de lona del bar. ¡Pará! ¡Cuidado!, exclamó el padre. La nena se frenó justo antes y sonrió. Es una trampa, dijo él y ella lo repitió. El hermano que venía rezagado se paró en el punto justo. Yo quiero la trampa, dijo con seguridad. Pero ya no caía.

Dalai Lama y la pena de muerte


                                                                                                                                       Dalai Lama en Argentina · por Gisela Giardino
Me sentí triste cuando me enteré de la muerte de Osama bin Laden, dijo el Dalai Lama, una persona derrotada había sido asesinada. Lo mencionó durante una entrevista con la escritora Melissa Mathison, en la que abundaron las risas además de otras opiniones y comentarios sobre su vida. Comparó la muerte del líder de Al Qaeda con los juicios sumarios a los nazis y japoneses después de la Segunda Guerra, y con la ejecución de Saddam Hussein. Sólo actos inservibles de venganza según su visión. También le había escrito al ex presidente George W. Bush el mismo 12 de septiembre de 2001: Le dije que esperaba que manejara este problema de manera no violenta. 

El árbol de la vida

 
                                                                                                                                                                        Imagen por Joe Dsilva
El padre debe ser severo y dulce con sus hijos. Ambas representaciones son necesarias. Y todas las personas contamos con ellas. Claro que el exceso para cualquiera de los lados dará fruto a algo no deseado. El destino, o Dios, o lo que sea que exista, también juega con nosotros de esa manera. Así es como es. La película El árbol de la vida es un sueño. Tal como la vida. Tal como los sueños. La madre de uno que de pronto flota. Alguien que se muere joven. El arte y los castigos. Las preguntas divertidas: ¿qué somos? ¿Qué hacemos acá? El antiguo modelo de familia y sus crisis (las actuales presentan nuevos, que en esencia son los mismos). No, no es un filme para ver explosiones y robots. Sin embargo actúan, y de manera sobresaliente, Brad Pitt y Sean Penn. Puede que te levantes y te vayas de la sala; pero es que antes deberías haberte informado un poco sobre qué iba la cosa. Su director Terrence Malick (también conocido por La delgada línea roja) no suele contar las historias de manera lineal. Es una película para verla y pensar sobre la propia vida al mismo tiempo; no antes ni después. Inclusive podrías verla desordenada. Es igual a la novela Rayuela en ese sentido. O al libro Pedro Páramo. Una verdadera obra de arte. Pienso devuelta que los chicos son increíbles. Y al final, tendré que conceder, son lo más complejo e importante que se puede dejar en esta vida.   

Japón todavía existe


                                                                                                                          Foto por Edgar Antonio Villaseñor González
   Y con más fuerza. Los japoneses aguantan los desastres con su disciplina. No demuestran demasiado sus sentimientos, no gritan, no se pelean. El pánico se mantiene dominado. Habrá algo de malo y de bueno en eso. Lo que se aprende con el cuerpo permanece, dice el proverbio. Esa consigna se puede trasladar al país entero también. Japón soportó dos bombas atómicas como ningún otro país en el mundo hasta ahora. Suena paradójico, eso sí, que por la cantidad de plantas nucleares el país se mantenga en crisis en el presente. Pero otra vez una diferencia de cultura: Naoto Kan, primer ministro, renunció a su sueldo mientras dure el estado de caos y dijo que el gobierno es responsable de la falta de seguridad en ese tipo de energía. Son 127 millones en una superficie de 378 mil kilómetro cuadrados. Ni un sólo saqueo en la zona afectada, ni muestras pánico grupal. Aprendieron de otra tragedia. Japón sigue de pie, como un árbol de cerezos, y cada vez con más fuerza.

Imaginar una ciudad sin palomas

                                                                                      Foto por Greg Donikian
Siempre se regresa a la madre, llorando. En la película Mis tardes con Margueritte (La tête en friche) la relación madre e hijo es central. Asimismo literatura y familia son dos palabras que definen a esta bien lograda obra. También la vejez, la bondad, la falta de educación. Quiero subrayar algo: en varios medios observé que hablaban del personaje principal (Germain, actuado por Gérard Depardieu) como si fuera un tonto. Para mí es un tipo inteligente, al que no le enseñaron lo que se debía, y que además vive en su propio mundo. La distracción suele estar presente en quienes tienen mucha imaginación. Y él prueba esa virtud. Por ejemplo cuando comenta cómo personalizó a las palomas dándoles nombres a cada una. Germain se encontrará en una plaza con Margueritte (Gisèle Casadesus), señora de 95 años que le presentará el mundo de la lectura como nunca antes. Ambos se nutrirán de ese vínculo que cada vez se hará más fuerte mientras ella va quedándose ciega y él aprende a leer. Dirigida por Jean Becker, y basada en la novela de Marie-Sabine Roger, es una película que vale la pena de sobremanera; para pensar y reírse un rato. [Tráiler].

Detroit y la venganza

                                               Foto por buckshot.jones
¿El ocaso del automóvil? ¿De Estados Unidos? El tema viene por una nota que leí sobre lo abandonada que está la ciudad estadounidense Detroit (antes la cuarta en población y una de las más adineradas). Una de las causas que llevó a esa situación es la decadencia de las fábricas de autos Ford, Chrysler y General Motors. Las fotos del lugar son muy interesantes: estaciones de Policía, consultorios, escuelas; todos los lugares dejados con equipamientos y recuerdos dentro. Pareciera como si las personas sólo hubiesen desaparecido. Quizás es un símbolo de cómo ese país está perdiendo la partida con Oriente (Japón y China venden más autos ahora). Otra de las causas: la venganza de la raza negra. Esa parte de la población aguantaba el racismo exacerbado hasta que en 1967 se generaron disturbios por la tensión social. El saldo fue de 43 muertos y 7 mil detenidos. La población blanca se mudó a las afueras y la ciudad empezó a ser dominada por la otra parte de la población. Pero no de una manera pacífica precisamente (se puede dar un vistazo en la película sobre el rapero Eminen, 8 miles). Inclusive el primer gobernante negro, en 1973, se denominaba a si mismo hijo de puta a cargo (mother fucker in charge). Venganza contra los blancos. Así les fue. Les habría servido aprender de Mandela.     

Más acá en la vida

                                                                                             Foto por Lecu_lillas

Más allá de la vida (Hereafter) es la última película realizada por el hace tiempo consagrado Clint Eastwood. Lo que se nota bastante. Parece que tratara mucho sobre lo que pasa después de morir (tema que no evade, pero tampoco profundiza); sin embargo se planta en lo que hacen las personas acá, antes de partir. O en cómo sus vidas cambian después de tener algún tipo de contacto cercano con la muerte. Una periodista (Cécile de France) que tiene que decidir entre ser una conductora famosa o escribir lo que necesita. El protagonista (Matt Damon) que rechaza ganar dinero con su don y lo ve como una maldición de la que busca escapar. La madre de los gemelos que abandona a sus hijos por droga. ¿Cómo seguirán?, es una de las preguntas que impulsa a llegar hasta el final de la película. Un aplauso extra para la actuación de los dos niños ingleses (el momento en que uno de ellos está sentado finalmente frente a Damon, los gestos de su cara). Adelantaré algo: los chicos son separados. Es lo más impactante de la película. Eastwood, que en una entrevista dijo que a él no le interesa pensar mucho qué sucede al morir si no que le atrajo la vida del protagonista, eligió esa unión para reflejar la pérdida entre dos personas que están como si fueran una. Se ve el duelo con toda su fuerza.

Esfuerzo chino

                                                                                                Foto por viajeacanada

 -Estuvo bueno el año nuevo chino –dijo el pequeño y un chico más grande le contestó que sí mientras se alejaban de la zona en Belgrano; tenía el pelo bien largo, rubio-. ¿Podemos volver al del año que viene? ¿Cuándo tienen navidad ellos? ¿Y los reyes?



“Esfuerzo” es la palabra que alcancé a oír de un chino que hablaba entre la multitud. Estaba sentado al costado de la vereda frente a una mesa llena de dibujos. Varias personas, de distintas nacionalidades, lo escuchaban con atención. Y él enfatizaba mucho con las manos. Si hay algo que mantienen los chinos es el esfuerzo.

El tiempo que resta


La película se llama Tiempo de vivir (Le temps qui reste). El protagonista es un fotógrafo francés que en sus treinta años, con lo que parecería ser una vida cómoda, se entera que tiene cáncer. El tumor ya está demasiado adelantado para operar y sólo le quedan dos opciones: la quimio o esperar meses a su muerte. Él elige la segunda. Y la historia que te muestran es lo que hace mientras. Por un lado echa de su departamento al novio con el que vivía y con el que aparentemente estaban enamorados. No le da explicación. Decidió no contarle, como tampoco a su familia, lo de la enfermedad (más tarde buscará consuelo en él, pero el otro responderá que es demasiado tarde, después de meses, para decirle que lo extraña). Se lo cuenta sólo a su abuela. ¿Por qué? Es que a los dos nos falta poco para partir. Y todavía le queda una sorpresa antes que lo haga, una forma de dejar más rastros en el mundo. Película dirigida y bien lograda por el director François Ozon.

Charla de jardín

                                                                                                     Foto por Jlmaral
La madre se acercó a donde su hijo de cinco años hablaba con el nuevo compañerito de jardín llegado de Estados Unidos.
-Si, en tu país tienen demasiadas armas.
-Lo que pasa es que nosotros somos potencia mundial.

La magia si existe

                                                               Foto por Ángel Rodriguez-Rey
Un viejo mago profesional comienza a darse cuenta que los tiempos cambiaron y ya no le prestan atención en el escenario. El rock apareció y vuelve locos a los jóvenes encima. Así comienza la película El ilusionista (L'illusionniste), excelentemente lograda y escrita hace cincuenta años por el célebre francés Jacques Tati. No se percibe que carece de diálogos verbales hasta después de unos minutos; sí en cambio utiliza de manera asombrosa los sonidos de ambiente. Y los colores y las animaciones son impactantes (es de dibujos). Sylvain Chomet, que también había realizado Las trillizas de Belleville (nominada al Oscar), fue el director encargado de concretar el filme después de cuatro años de trabajo. En la historia, la vida del viejo mago tiene un giro imprevisto cuando conoce a una inocente joven que cree realmente en su magia y a la que adoptará paternalmente. Pero en algún momento tendrá que dejarla partir, como a su espectáculo. La vida sigue. Lo curioso es que verla es una prueba misma de que la magia si existe.

El mal | Gobierno israelí


El ying y el yang siempre está presente. El mal. ¿Alguien es malevo? El gobierno de Israel mantiene sitiada la ciudad palestina Gaza con alrededor de 400 mil habitantes. Ellos deciden quién entra y quién sale, y cuánta comida. Además siguió su postura de comenzar negociaciones de paz pero sin negociar; sí tratar de imponer. No detuvo la creación y destrucción de casas para colonizar en Jerusalén. Y eso pese a que EE UU le había prometido aviones, armas, dinero, compañerismo en la ONU y quién sabe cuántas otras cosas (y eso que el pedido era que frenaran sólo por tres meses). Pero no todos los israelíes avalan esto. Recuerdo por ejemplo haber leído sobre una joven judía, participante de una ONG, que murió aplastada al ponerse frente a un tractor que demolería casas palestinas. Hacia el final del libro Modernidad y holocausto, Zygmunt Bauman subraya las dos lecciones más notorias del holocausto. Bajo ciertas circunstancias sociales la mayor parte de las personas actúa a través de la razón para su propia conservación. El mal no necesita de seguidores entusiastas ni de un público que lo aplauda. El instinto de conservación lo hará todo, animado por el pensamiento reconfortante de que, gracias a Dios, todavía no me toca a mí. La segunda lección es que eso no siempre es así. El mal no es todo poderoso. El testimonio de los pocos que se le resistieron acaba con la autoridad de la lógica de la auto conservación.      

Videocracia

                                                                                         Foto por Autowitch
Lo que el documental Videocracy muestra de la tevé italiana no se aleja mucho de un Showmatch pero las 24 horas (igual con más ropa). Mujeres humillándose, hombres en la misma o que se creen dioses. Hay uno por ejemplo que confiesa haber odiado a los famosos, le parecían estúpidos. Empezó a aprovecharse de ellos sacándoles fotos a escondidas y después chantajeándolos con ellas. Hasta que lo metieron preso y su nuevo plan fue convertirse en famoso él también. Y lo logró; sólo con buen físico y peinado, y algunas pavadas. Y millones de euros para su haber entonces. Lo que además remarca el documental es que el creador de ese sistema fue Silvio Berlusconi, el todavía primer ministro italiano. Creó su fuerza desde la tevé. Escrito y dirigido por Erik Gandini, es interesante el largometraje para ver en lo que puede derivar una programación sin control. Cosa que podría ser el caso en este país.