El árbol de la vida
El padre debe ser severo y dulce con sus hijos. Ambas representaciones son necesarias. Y todas las personas contamos con ellas. Claro que el exceso para cualquiera de los lados dará fruto a algo no deseado. El destino, o Dios, o lo que sea que exista, también juega con nosotros de esa manera. Así es como es. La película El árbol de la vida es un sueño. Tal como la vida. Tal como los sueños. La madre de uno que de pronto flota. Alguien que se muere joven. El arte y los castigos. Las preguntas divertidas: ¿qué somos? ¿Qué hacemos acá? El antiguo modelo de familia y sus crisis (las actuales presentan nuevos, que en esencia son los mismos). No, no es un filme para ver explosiones y robots. Sin embargo actúan, y de manera sobresaliente, Brad Pitt y Sean Penn. Puede que te levantes y te vayas de la sala; pero es que antes deberías haberte informado un poco sobre qué iba la cosa. Su director Terrence Malick (también conocido por La delgada línea roja) no suele contar las historias de manera lineal. Es una película para verla y pensar sobre la propia vida al mismo tiempo; no antes ni después. Inclusive podrías verla desordenada. Es igual a la novela Rayuela en ese sentido. O al libro Pedro Páramo. Una verdadera obra de arte. Pienso devuelta que los chicos son increíbles. Y al final, tendré que conceder, son lo más complejo e importante que se puede dejar en esta vida.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario