Reflejo de una introspección
Lo que me salva a veces del encierro en mi departamento es la vista de un árbol que está en frente. Su forma en zigzag como una víbora es curiosa. Lo observó de reojo, con la cortina entreabierta. El viento hace que lo pueda ver más o menos, según se mueve la tela. Y la visión no es tan buena igualmente. La reja del balcón me deja observarlo sólo a través de cuadros de hierro. Y las personas y los autos y los colectivos nunca dejan de pasar por esta zona tan circulada. Pero no sé, tiene algo que me tranquiliza un poco. Me hace sentir vivo.
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