El aborigen enojado

Los recuerdo así. Cada vez que vi a un aborigen tenía cara de ira, de violencia. Tanto en los dibujos o artesanías, como los que crucé en persona. Como el de la foto, que pertenece a un mural de Corrientes. A veces me pregunto si debería sentir pena por descender de colonizadores que asesinaron para conseguir tierras. Y si es que los aborígenes siguen enervados por ello (pues claro que sí). Serios. Como las dos caras hechas de barro que adquirí para regalar como recuerdos de Chaco. El que me las dio pertenece a la reducida comunidad de tobas. Me miró sin inmutarse. ¿Habrá encontrado en mi piel el reflejo de otro blanco? Quizás mi antepasado y el suyo ya se conocieron. Me contestó con palabras secas. No demostró alegría de que le comprara, ni sonrió. Hay cosas que tal vez nunca se podrán perdonar. Pero trataré de entenderlas.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario