Las relaciones bilaterales entre Argentina y Chile tuvieron etapas muy diferentes en los últimos cuarenta años. La época más dramática y delirante en la relación se vivió durante los setenta cuando ambas naciones estaban bajo el dominio militar. La posibilidad de una guerra no estaba descartada y tuvo que mediar la Santa Sede Católica a pedido de los países. En la última década, en cambio, el enlace entre los dos países se hizo cada vez más estrecho. ¿Por qué cooperan de manera tan activa dos Estados que estuvieron enfrentados? Muestra y principal ejemplo en este trabajo es la Fuerza de Paz Combinada Cruz del Sur, que tiene personal de ambas nacionalidades y está a disposición de las Naciones Unidas.
La Fuerza de Paz Combinada Cruz del Sur, una
alianza militar entre Argentina y Chile que tiene difícil comparación en el
mundo y fue puesta a disposición de las Naciones Unidas (ONU), es el mejor ejemplo
de la recuperación en las relaciones bilaterales entre las dos naciones. Lo que
comenzó como una idea en 2005, y marcó el inicio de las planificaciones en ese
sentido, tuvo su creación formal en 2008. Un acuerdo político y militar, inédito
y sorprendente, como lo remarcaron los embajadores ante la ONU de entonces:
Ambas naciones comparten uno de los límites entre dos
naciones más extensos del mundo, con más de cinco mil kilómetros. Esa
circunstancia y las particulares condiciones en las que ambos forjaron sus
estados naciones fueron generando escenarios propicios para los desencuentros,
pese a que las dos repúblicas lucharon juntas por su independencia[1].
Se hará un estudio de caso. Se detallarán,
por ejemplo, primeros pasos del proyecto para su inicio. También se
introducirán algunas teorías que en la literatura de relaciones internacionales
intentan explicar bajo qué condiciones los países se asocian, sus motivos de
cooperación. Las causas, derivaciones y explicación de resultados. Se
remarcarán las diferencias conceptuales de las teorías. ¿Por qué cooperan en
Defensa dos Estados que anteriormente mantenían hipótesis de conflicto?
Las relaciones entre ambos países no fueron
siempre estables. Se hará un breve recorrido histórico sobre las diferentes
etapas por las que pasó el vínculo: el Conflicto del Beagle, la etapa Raúl
Alfonsín-Augusto Pinochet.
Ambos países del Cono Sur participan de
manera activa en el Sistema de Seguridad Internacional de la ONU y sus misiones
de paz. Argentina, por ejemplo, se encuentra comprometida en el presente con
cuatro misiones de la organización: Haití (MINUSTAH, desde su inicio en el
2004), Chipre (UNFICYP, desde 1993), Sahara Occidental (MINURSO, desde 1991) y
Medio Oriente (UNTSO, desde 1969).
Por eso se puede decir que Argentina tiene
una tradición histórica en las Operaciones de Mantenimiento de la Paz (OMP) de
las Naciones Unidas. Desplegó a lo largo de los años, desde 1958, unas 35 mil
personas en esas tareas, y participó en más de 30 misiones[2].
Algunos de los objetivos de la fuerza
conjunta son fomentar la confianza entre los países, mejorar la calidad de las
operaciones combinadas y de sus acciones complementarias. ¿Hasta qué punto se
logró? ¿Cuáles fueron los avances en los años recientes? ¿La Fuerza Cruz del
Sur es un ejemplo en el mundo para esos objetivos?
El Conflicto del Beagle, por el cual
Argentina y Chile estuvieron cerca de iniciar una guerra en 1978, finalizó con
la firma del Tratado de Paz y Amistad. Como complemento, en 2009 ambas partes
firmaron el Tratado de Maipú, en el que se ampliaron las propuestas de
integración y cooperación. Se establecieron entonces las reuniones anuales de
ministros, el sistema de consultas permanentes de las relaciones exteriores, la
Comisión de Cooperación Económica e Integración Física, la Comisión
Parlamentaria Conjunta, los Comités de Integración, cooperación académica y
científica.
En Maipú también se estableció que en un
plazo de 3 años ambos países debían desarrollar un Programa Bilateral de
Cooperación en materia de producción para la Defensa, en las 3 áreas
correspondientes: terrestre, naval y aérea. Es por eso que en este trabajo no
sólo se avanzará con el foco concentrado en la FPC, pero sí tomándola como algo
central.
Argentina no sólo mejoró sus relaciones
bilaterales en Defensa y Seguridad con Chile. También lo hizo con China -y este
país con la región en general, y con Chile también en particular-. El país
asiático es un actor central en el nuevo panorama mundial; tendrá una
influencia cada vez mayor.
Los dos países australes están entre los más
abiertos a la cooperación con China en Suramérica. Si se toman los números de las
visitas militares entre 2001 y 2010, encabezan la lista: Chile, 25; Brasil, 21;
Argentina, 17. Y en ese sentido, hay una diferenciación entre los países
todavía cercanos a ciertas ideas del Pentágono, como Colombia y Perú, y los más
cercanos a las ideas bolivarianas de conseguir nuevos lazos internacionales,
como Venezuela, Ecuador, Bolivia y Argentina[3].
Es importante hacer una distinción aquí sobre
el contexto regional de Argentina y Chile, y en cómo China participa en ese
contexto. Hay algunas ideas que se discuten entre políticos y académicos sobre
si se debería mantener la tradición de hablar sobre América latina o concentrar
los esfuerzos en una Unión de Suramérica. Es decir, si los esfuerzos para una
cooperación más estrecha deberían seguir incluyendo a México y los demás países
de América Central, o si se debería concentrar la energía -quizás primero- sólo
en los lazos entre los países del Cono Sur.
Algunos actores importantes como Brasil, con
Itamaraty -su oficina profesional de política exterior- impulsaron la segunda
idea en los últimos años, la suramericana en vez de la latinoamericana, y con
cierto soporte del partido gobernante de Argentina.
Este trabajo aceptará más la segunda
consideración, al dar más espacio a la idea de Suramérica -como se destaca en
la cita más abajo- cuando se mencionan ciertos asuntos regionales. Esto, a
pesar del hecho de que la mayor cantidad de bibliografía tiene el nombre de
América latina en su título, sin reconocer el nombre como un mosaico inmenso de
países con diferentes realidades, economías y grados de autonomía.
El concepto de
“América Latina” se convierte en algo cada vez más diluido. En el presente
parece más relevante hablar de Norteamérica que se extiende desde Canadá hasta
Panamá (al incluir el Caribe) y se centra en los Estados Unidos en términos de
comercio, inversión e inmigración, y en una Suramérica que se extiende desde
Colombia hasta Argentina como una distinción geopolítica particular. Luego del
atentado a las Torres Gemelas, la gran parte del Caribe, que incluye las islas,
Panamá, América Central y México, se ha convertido en parte del perímetro de
defensa de EE UU, y están incluidos dentro de su noción de homeland security[4].
Las dos principales fuerzas extra regionales
presentes en Suramérica son los Estados Unidos y China. La disputa entre esos
países, en varias áreas, como la diplomática, la comercial, lo militar y lo cultural,
es relevante para entender los cambios en la región, y en particular en
Argentina. El mundo está en la etapa de redefinición de poder en la política
mundial, que alteran las políticas de las potencias hacia ciertas partes del
mundo. Las relaciones entre estos países, Argentina y Chile, o el caso de China
con ambos y cada uno, se mantienen con incremento en términos de economía, comercio
y cooperación diplomática. Pero el área de defensa y seguridad probó ser más
susceptible a cambiar durante la redefinición de poder -power shift- de la década pasada.
[1] Argüello, Jorge; Muñoz,
Heraldo, “La Cruz del Sur”, diario La Nación, sábado 23 de febrero de 2008.
[2] Modelo Argentino de Modernización del Sistema de Defensa,
Ministerio de Defensa de la Nación, Argentina, 2009, p.26.
[3]
Malena, Jorge, “The peace and security segment of the white paper of China in
relation with Latin America: analysis of results and mentions in the bilateral
military relation”, Virtual Simposio, 2012.
[4] Tokatlian, Juan Gabriel, “A view from Latin America”, China’s expansion into the western
hemisphere, Paz, Guadalupe; Roett, Riordan; TheBrookings Institution, 2008,
p.64.
[El texto continuará en futuras publicaciones].
[El texto continuará en futuras publicaciones].
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