Suramérica es una de las regiones -subregión si te toma Latinoamérica- más pacificas en el mundo. Es por eso que este avance en Defensa y Seguridad es parte de una cada vez más establecida tradición. Se mantiene como costumbre la solución de controversias sin actos bélicos entre Estados[1]. La creciente interdependencia de sus miembros, además de ser ardua de probar, es lógica. La interrupción de esta clase de enlace podría costar -eso sí es más sencillo de imaginar- altos valores en diversas áreas, como la económica, política, social. Las relaciones en el área de Defensa crean y consolidan grupos -de poder, élites- que pueden empujar por resoluciones pacíficas si es necesario. Es en ese sentido que las instituciones implícitas, como la relación bilateral entre Argentina y Chile, y una más regional conjunta, como la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), son importantes, especialmente en el área de Defensa y Seguridad. La necesidad de una consolidación es casi obligatoria si se cree en sus méritos. Las relaciones pueden ser más intensas.
[1]
Battaglino,
Jorge, “¿Réquiem para la guerra en la Región Andina? Límites al conflicto en
las relaciones entre Colombia y Venezuela”, SAAP magazine, Vol. 3, N° 3, August
2009, p. 572.
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