El sistema de creencias de la junta militar argentina de 1976 estaba marcada por la idea de la guerra total contra el comunismo, con los valores morales en un segundo término o, si era necesario, en algún lugar más alejado. Es importante recordar, en respecto a la relación entre Chile y Argentina, que en el momento de ese golpe de Estado en el lado argentino, los chilenos ya se mantenían bajo la dictadura de Augusto Pinochet, y ambos países sostenían la disputa por el Canal del Beagle. La diferencia no tendría entonces un fin. Tuvo una escalada belicosa con momentos delirantes. Debido -entre otras cuestiones- a la creencia desde la junta militar argentina que debían parar una especie de expansionismo chileno[1], y la compleja situación con los demás países suramericanos en general. La junta militar, desde Argentina, tomó varios aspectos de la teoría central realista de relaciones internacionales: el pesimismo sobre el comportamiento humano, la violencia como algo necesario y aceptable en la sociabilización, anarquía en el sistema de gobernanza global. En palabras de Roberto Russell, fue un realismo al uso nostro[2]. Se había adaptado lo más cruel.
[1] Russell, Roberto, “Sistemas
de creencias y política exterior argentina: 1976-1989”, en Serie de
Documentos e Informes de Investigación N° 204, de FLACSO / Argentina,
Buenos Aires, julio 1996, p. 47.
[2] Ibídem, p. 7.
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