Posesión del ayer

Sé que he perdido tantas cosas que no podría contarlas y que esas perdiciones, ahora, son lo que es mío (…) Todo poema, con el tiempo, es una elegía. Nuestras son las mujeres que nos dejaron, ya no sujetos a la víspera, que es zozobra, y a las alarmas y terrores de la esperanza. No hay otros paraísos que los paraísos perdidos. (Jorge Luis Borges, Los conjurados, 1995).

Purgatorio

Más de una vez me he despertado en medio de la noche con la sensación de que mi marido está en el cuarto.

No es raro. A todos nos pasa. Estamos soñando y, cuando despertamos, el sueño se queda un rato con nosotros.

No, esto es más real. Siento que Simón está junto a la puerta de mi cuarto y no se anima a entrar.

Porque no lo viste muerto. Ésa es una buena razón.

Quién sabe. Un tribunal lo declaró muerto y me esforcé por matarlo dentro de mí. Como no tiene tumba, yo fui su tumba. Ahora quiere salir (…) (Tomás Eloy Martínez, Purgatorio, 2009).

2009 - 2

La segunda parte del prólogo:
Por añadidura, los argentinos vieron cada vez menos televisión, hasta que la abandonaron también. Es que inclusive las mujeres aseguraban que perdía la gracia al no tener nada que compitiera con sus telenovelas. Así, de repente se empezó a escuchar nuevamente, por las calles porteñas y en el interior del país, apellidos como Borges, Cortázar, Fontanarrosa, Gelman; y se comentaban alegremente las historias de sus respectivas novelas, cuentos o poemas. Así, en tres décadas el país del Cono Sur se convirtió en la hegemonía mundial irreversible. Y así seguimos. Cuentan que por muchos años Estados Unidos había tenido ese papel, y que por un breve periodo también China. Creer o reventar, diría alguien de esos tiempos (...)

2009

Encontré un libro en un desierto. Al parecer, data de mil años atrás. En la tapa sólo dice 2009. El comienzo de su prólogo:

Se puede leer en los libros de historia (o enterarse por cualquiera de las otras vías; yo todavía prefiero esa) que el 2009 significó un cambio coyuntural enorme para Argentina. Uno de sus protagonistas fue Julio Grondona, un señor que era el presiente de la Asociación de Fútbol que representaba al país (AFA). Cuentan que por decisión de él se atrasó el comienzo del torneo del segundo cuatrimestre. El tema era el dinero que generaba la televisación; Grondona quería más, para él mismo (algo que no sería extraño de esa época, y menos con lo que se sabía de ese individuo) o para los clubes. El conflicto nunca se solucionó y así siguió, año tras año. Hasta que las personas comenzaron a olvidarse de lo que era ese deporte que exacerbaba tantas conversaciones. Poco a poco, llegó el momento en el que desconocieron hasta a la pelota (...)

Poder volar

Poder volar - Timmy O'Tool

[El arte y el rock].

Buenos seres humanos

Creo que para ejercer el periodismo, ante todo, hay que ser un buen hombre, o una buena mujer: buenos seres humanos. Las malas personas no pueden ser buenos periodistas (…) (Ryszard Kapuściński, Los cínicos no sirven para este oficio, 2002).
El periodismo es arte. No sirve para hacerse rico, tampoco para gobernar. Si querés tener plata, ¿por qué no te dedicas a otra cosa? Hacé industrias, che. Jugá bien al fútbol, che. Se modelo, che. Pensalo. El periodismo es potable. Los periodistas son el problema (leí una vez que el asunto no es Marx, sino los marxistas). Hacé otra cosa, che. Si no vas a ser como Daniel Hadad. Cuidado: la codicia es contagiosa, como el miedo.

Empatía

El viernes recibí el diario con una foto del Papa de la Iglesia Católica en su portada. La noticia fue que en un breve discurso él dijo que se debería “reducir el escándalo de la pobreza y la inequidad social” en la Argentina. En la imagen se lo ve a Joseph Ratzinger (Benedicto XVI) con un anillo de oro, un collar de oro y los marcos de su anteojo de oro.

¿Y cuánto vive? | Preguntas

¿Cuánto vive el hombre, por fin?
¿Vive mil años o uno solo?
¿Vive una semana o varios siglos?
¿Por cuánto tiempo muere el hombre?
¿Qué quiere decir para siempre?


PABLO NERUDA

¿Te gustaría? | Preguntas

¿Te gustaría que enterrasen tu cuerpo en un lugar como el de la imagen? ¿Para qué amontonar a los difuntos en un campo? ¿Te da miedo que al morir tu alma se quede encerrada allí, en la oscuridad? ¿Eh?
[La foto fue tomada en el cementerio de la isla Martín García; se notan las singulares cruces inclinadas].

El círculo de los locos quilomberos

-Yo le grito, con alguien me tengo que desquitar.
-A mí me da lástima –le responde el compañero y me hace pensar: ¿quién es él para apiadarse de los demás?-, pobre.
-¿Para qué trabaja ahí entonces si es un inútil? ¿O para qué trabaja para esa empresa [hablaban de Fibertel, que otorga servicio de conexión a Internet]? Con alguien me tengo que desquitar.
[Conversación de una chica universitaria de clase media con un compañero y una compañera de la misma situación y clase.]

Es la sociedad de los vivos, de los quilomberos; la de a ver quién levanta más la voz. En ella si sos una persona pacífica y de diálogos, quedás descolocado.
Es desagradable cuando alguien abusa de su poder (al ser jefe de otros por ejemplo) para conseguir algo. Así también los hombres cuando son machistas y babosos. Pero, ¿por qué estos individuos se mantienen con esa forma de ser y no se decepcionan? Respuesta: ¡porque tienen éxito! Siempre hay algún secuaz, siempre hay alguna mina que le da la hora y mucho más.
De la misma manera (y si, se vuelve a lo del chancho, que últimamente tiene la culpa hasta de la gripe A. ¿El que come o el que lo alimenta? O algo así) en la sociedad en la que vivimos sólo algunos se los tiene en consideración: al que patalea, al que grita, al que corta las calles; si, che, el vivo, el quilombero. ¡Ese si que aprendió!
Así también el que recibe las malas energías del otro debe devolverlas. ¿Cómo te vas a quedar callado? Gritale también. Así se completa el círculo. No importa que se solucione el trámite que se reclamó, hay que aliviar las propias tensiones.
-¿Cómo dejás que te diga eso? Yo sabés cómo le contesto…
Viva la guerra. Viva la crispación. Viva la pepa ya que estamos. Un mundo de locos en el que cuando uno grita se olvida que al llegar a su propio trabajo recibirá más gritos; total ya tendrá con quién descargarse. Un mundo en el que todos se quejan de su vida aunque ninguno hace nada para cambiarla.
Y encima nos da la cara para preguntar sorpresivamente de dónde salieron los políticos como los kirchneristas. Tan prepotentes que son. O los dirigentes del campo. Que la verdad que se les pasa la mano; demasiado vengativos. Es que ellos ya se dieron cuenta: ¡hay que hacer quilombo, che! ¿Convendrá construirse una choza cerca de una playa en un campo perdido y vivir con las estrellas? Al estilo menonita.