<<¿Qué tienen en común el calentamiento global, la crisis de la Eurozona y las masacres en Siria? Que nadie tiene el poder de detenerlas (...) Es como ver una película a cámara lenta, en la que un autobús lleno de pasajeros corre hacia el precipicio y su conductor no frena ni cambia de dirección. El problema es que somos los protagonistas de esa película; en ese autobús viajamos todos. En el mundo de hoy todos somos vecinos y lo que pasa en otra casa —por más remota que parezca— nos termina afectando (...)>>
Columna de Moisés Naím el domingo 29 de julio en El País. Artículo completo.
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