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Foto por Daniel Zanini H. |
El ejército brasileño entró a dos de las más grandes favelas hasta con tanques de combate para enfrentar al narcotráfico en Río de Janeiro. Algunos de los motivos que pudieron acelerar esa drástica decisión deberían buscarse entre el próximo mundial de fútbol 2014 y la asunción en enero de la nueva presidenta Dilma Rouseff. Lula aceptó asumir la responsabilidad de demostrar que tienen el control total de la seguridad de la ciudad antes de apartarse. La contienda ya lleva 37 muertos y el número es significativo. No se podría imaginar en Argentina tal cantidad de víctimas sin hablar de Derechos Humanos para frenar la acción del Estado. Muestra una vez más cómo en Brasil (así como en México y Colombia) están acostumbrados a otro nivel de violencia.